La ‘lluvia de sangre’ ha dejado su rastro en la Isla en las últimas fechas.  | Gemma Andreu

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Las lluvias de barro son cada vez más frecuentes y son muchos los expertos que han advertido tanto de sus causas como de sus consecuencias, especialmente las nocivas para la salud (principalmente, enfermedades respiratorias). Sin embargo, este fenómeno tiene efectos positivos menos conocidos, concretamente sobre los campos de cultivo, al proporcionar minerales y nutrientes a la tierra, actuando como fertilizante.

Los últimos días, la fuerza del viento arrastró polvo sahariano hasta el archipiélago balear, generando lo que conocemos como calima. Se produjeron ‘lluvias de sangre’—otra denominación para estas precipitaciones—, pero también, incluso, deposiciones en seco. Ocurrió en Menorca (también en puntos de Mallorca como Inca) el último fin de semana de marzo, cubriendo de polvo y generando suciedad, dejando escenas como las colas en los autolavados.

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Tras la lluvia se formaron colas en los autolavados. | Gemma Andreu

Estudio

CSR Laboratorio es un centro de investigación nacional, especializado en análisis agroalimentarios, de suelos, aguas, plantas, fertilizantes y alimentos. Y uno de sus trabajos ha consistido en averiguar si el polvo sahariano aporta, o no, nutrientes a los cultivos.

De entrada, los investigadores señalan que estas partículas procedentes del desierto son cien veces más pequeñas que un grano de arena (entre 0,1 y 50 micrómetros). Además, van reduciendo su tamaño a medida que se desplazan más e influye en los ecosistemas y en el clima del planeta (provoca una disminución de la radiación solar, que reduce la temperatura de la superficie del mar y afecta a la estratificación del agua y en la composición de las corrientes marinas y vientos en el Atlántico norte).

Este polvo mineral «es la principal fuente de sedimentación en la cuenca mediterránea, aportando nutrientes y minerales importantes, que permiten el equilibrio de ecosistemas que no existirían si no se produjesen estos aerosoles».

El estudio señala que «el polvo sahariano puede ser perjudicial puntualmente para los cultivos por la deposición de polvo, sobre todo en frutas y hortalizas a la hora de la recolección, pero tiene bastantes beneficios para la agricultura».

Un análisis de CSR Laboratorio, sobre la capacidad fertilizante del polvo sahariano, revela que contiene un 92,7 por ciento de minerales y que el resto es materia orgánica. Y dentro de los minerales, hay pequeñas cantidades de fósforo (es insoluble, pero «es relevante porque ayuda a reconstituir el fósforo del suelo agrícola»); una cantidad similar de potasio «a la que puede aportar un compost»; es muy rico en calcio, magnesio y azufre. Asimismo, el color rojizo del polvo indica la «presencia de óxidos de hierro» y, aunque no es soluble en agua inmediatamente, podrá «pasar con relativa facilidad a formas solubles y ser aprovechado por las plantas».

Por último, en cuanto a los nutrientes, los investigadores señalan su existencia, aunque con una presencia mucho menor.

El apunte

Este lunes volverá a haber polvo en suspensión y no se descartan lluvias de barro

Las previsiones indican para este lunes altas concentraciones de polvo en suspensión procedente de África. Esto empeorará la visibilidad y la calidad del aire y no se descartan algunas precipitaciones, aunque escasas, que llegarían cargadas de barro. Para el martes se espera viento del norte que limpie la atmósfera y rebaje unas temperaturas que el sábado rozaron los 30 grados y que subirán de nuevo el miércoles.