Las playas vírgenes con acceso rodado tuvieron una ocupación del 95 por ciento de su capacidad de carga. En la imagen, Cala Mitjana. | Josep Bagur Gomila

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Las 54 playas de Menorca monitorizadas por el Consell llegaron a contabilizar, en un mismo día del año pasado, un total de 31.530 usuarios. Se trata del máximo alcanzado en la Isla en 2023, una cifra que supone un aumento del 11,1 por ciento respecto al 2022, cuando el día de mayor afluencia en las playas de la Isla registró un máximo de 28.365 personas.

De esta manera, la presión humana en las playas menorquinas volvió a crecer, como era previsible en un año en el que se batieron todos los récords referentes a la llegada de visitantes a la Isla.

Estos datos forman parte del último informe de uso público en las playas de la Isla que elabora cada año la Agencia Menorca Reserva de Biosfera, y en el cual se analiza la ocupación de un conjunto de playas durante los meses de julio y septiembre, a partir de parámetros como el número de usuarios, la superficie disponible, la capacidad de carga o el número de embarcaciones registradas.

Aumento de la saturación respecto a 2022

A partir de los datos analizados, se desprende que 2023 fue el segundo año de mayor afluencia a las playas de la Isla desde que se tienen registros, solo por detrás de 2021, cuando se alcanzó un máximo de 31.805 usuarios en las playas monitorizadas.

Si se examinan los datos de los cinco últimos años, se observa una tendencia al aumento del número de usuarios en las playas, con un descenso en 2020 a causa de la covid y un importante incremento en 2021 provocado por el fin de las restricciones de la pandemia a escala nacional. En 2022 la afluencia volvió a bajar por la mayor libertad de viaje, y en 2023 las cifras han vuelto a subir.

el estudio pone de manifiesto que no todas las playas registran su máxima saturación en agosto. De hecho, solo el 83 por ciento de los arenales alcanzan su máximo de usuarios en el mes punta de la temporada. En cambio, playas como Macarella, Cala Galdana, Cala Mitjana, Es Grau, Arenal d’en Castell, Binimel·là, La Vall o Cala en Blanes registraron sus máximos durante el mes de julio, e incluso la playa de Trebalúger alcanzó la afluencia más elevada en septiembre.

En 2023 se observó un aumento del 13 por ciento del número total de usuarios de las playas respecto al 2022, llegando al máximo anual en la primera quincena de agosto. De igual modo, el estudio revela que el máximo estival de usuarios no alcanzó en ningún momento la capacidad de carga total de las 54 playas controladas, que es de 38.851 usuarios por día, alcanzando el día máxima afluencia al 81 por ciento de la capacidad de carga establecida para el conjunto de los arenales.

Más en las playas vírgenes con acceso

En cuanto a la tipología de las playas, los datos muestran que los arenales vírgenes con acceso rodado son las que tuvieron unos niveles más elevados de ocupación, alcanzando el 95 por ciento de su capacidad de carga, seguidos de los arenales urbanos, que alcanzaron una media del 79 por ciento de su capacidad. Por su parte, las playas vírgenes accesibles únicamente a pie se quedaron en el 51 por ciento de ocupación. En todas los tipos de playas, los usuarios aumentaron respecto a 2022.

La capacidad de carga también varió a lo largo de los meses analizados, superando el cien por cien en la primera quincena de agosto. En total, una veintena de las playas monitorizadas superaron el límite de usuarios recomendado. Las playas que rebasaron en mayor medida su capacidad de carga fueron Macarelleta (503,66 por ciento), Pregonda- S’Embarcador (383,56 por ciento), las playas pequeñas de Binimel·là (254,77 por ciento), Cala Mitjana (250,91 por ciento), Cala en Turqueta (202,41 por ciento), Cala Pudent (191,16 por ciento) y Son Saura-Bellavista (188,91 por ciento).