La alcaldesa de Ciutadella, Juana Mari Pons, dice ser consciente de que gobierna en minoría y debe consensuar las grandes iniciativas con la izquierda. | Josep Bagur Gomila

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Dicen que el tiempo todo lo cura y, aunque la herida todavía no ha cicatrizado, ya no supura como siete meses atrás. El sonoro desencuentro entre la izquierda que entregó al PP los gobiernos de Ciutadella y Es Mercadal y dejó en minoría al PSOE en Maó se va destensando. Socialistas y nacionalistas, dos aliados necesarios pero a veces no bien avenidos, vuelven a acercar posturas e impulsar acciones conjuntas. Porque es mejor tenderse de nuevo la mano de cara al futuro que encender la mecha de un pasado en llamas.

En Ciutadella, donde el desacuerdo de última hora entre PSOE y PSM sirvió en bandeja la alcaldía a la popular Juana Mari Pons, la izquierda mantiene la mayoría en la corporación y la hace valer tanto para condicionar la aprobación de los presupuestos como para presentar mociones conjuntas. Ya sea para impedir, por ejemplo, que se suba la tasa de basuras, se aplique el decreto de medidas urgentes en vivienda o se restablezca la interpretación del Himno Nacional en la Processó dels Tres Tocs, que acostumbra a promover el PP cuando accede al gobierno.

El restablecimiento de la relación «cordial» entre ambos grupos, tras la división interna que sufrieron en los últimos meses de mandato y en la negociación postelectoral, no va por ahora más allá, pero supone una seria advertencia por si, en los tres largos años que quedan de mandato, al PP se le olvida que gobierna en minoría.

También PSOE y Ara Maó siguen sin compartir gestión en Llevant, pero la aprobación conjunta del presupuesto para este año denota un avance que mantiene intacta la opción de volver a gobernar juntos y con mayoría suficiente. Una opción que «no está sobre la mesa», pero que ambos grupos no descartan. Es más, PSOE y Ara Maó contraponen «la cultura del pacto» de la izquierda en Menorca al «espectáculo de otras administraciones, como el Consell o el caso más sangrante del Parlament, donde el PP negocia con la extrema derecha disposiciones que atentan contra los consensos alcanzados desde hace años en temas de lengua o territorio».

Solo en Es Mercadal la relación entre el PSOE y la Entesa se ha vuelto «más distante», desde que esta última agrupación decidió romper con su socio de siempre y buscar los votos de un antagonista PP para investir alcalde, contra todo pronóstico, a Joan Manuel Palliser. «Para sorpresa del pueblo», la coalición Entesa-PP fluye sin problemas en el Consistorio, mientras el PSOE se siente cada vez más arrinconado. No obstante, el alcalde mantiene su oferta de darle entrada en el gobierno para que los tres grupos compartan gestión en la Sala.

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El pacto que se frustró la medianoche del 16 al 17 de junio cuando, habiéndose quedado sin tinta la fotocopiadora en la sede del PSOE, los negociadores del PSM acudieron a su partido a copiar las páginas del acuerdo que iban a sellar ambas formaciones, sigue escociendo, pero menos.

El tiempo ha ayudado a destensar la relación, a relativizar los motivos del desacuerdo (incluido el reparto de la alcaldía) y atisbar el futuro con otra perspectiva. La situación aritmética de la corporación, con un PP de nueve concejales y en minoría frente a los once de la izquierda en la oposición ha hecho el resto. Socialistas y menorquinistas han ido arrinconando sus rencillas, labradas en parte durante sus años de convivencia, para imponer su mayoría en los plenos y recordarle al PP que no puede aprobar nada sin su apoyo.

La portavoz del PSOE, Carol Cerdà, admite que, «aún cuando no llegamos a un acuerdo» para la investidura, «hemos gobernado juntos ocho años y la relación entre los ediles de ambos grupos ha sido buena y cordial». Y es lo que, según la líder socialista, «también ocurre en este mandato, en el que desde el primer momento llevamos a pleno mociones conjuntas».

«Trabajamos mano a mano presentando iniciativas conjuntas, pero no tenemos nada más que decir», asiente la portavoz del PSM, Maria Jesús Bagur quien, como el PSOE, rehuye realizar más declaraciones al respecto. Unos y otros prefieren no explicitar hasta qué punto el restablecimiento de la concordia puede tener consecuencias en el futuro.

La presentación de una eventual moción de censura, que la alcaldesa Juana Mari Pons no entendería en la situación actual, de momento ni se plantea, pero sobrevolará seguramente al menor desliz.

La concejala de Ciutadella Endavant, Carla Gener, imprescindible para este gobierno en la sombra, ha unido por ahora su voto para que las iniciativas prosperaran.

Maó: Ara Maó se abre a negociar con el PSOE «acuerdos de largo alcance»

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Tras permitir con su voto la aprobación de los presupuestos, Ara Maó se mantiene «abierto al diálogo y a la negociación para alcanzar acuerdos, tanto de corto como de más largo alcance». ¿Tanto como para volver a integrarse en un gobierno de coalición con el PSOE? Su portavoz Jordi Tutzó dice que «el talante y nuestro firme compromiso con los ciudadanos nos marcan el camino a seguir». Una propuesta que «siga intacta» a la espera de acontecimientos.

La concejala socialista Elena Costa remarcó el día de la aprobación de los presupuestos que PSOE y Ara Maó «compartimos el mismo modelo de ciudad» y eso favorece que se llegue a acuerdos de forma «natural».

Tutzó dice que «la clave es ser fiel a nuestro compromiso programático con el ciudadano» y lamenta que eso no haya derivado en una reedición porque, «desgraciadamente, el PSOE decidió romper unilateralmente las negociaciones», frustrando así «un pacto de legislatura».

Ara Maó valorará retomar la negociación para lograr «buenos pactos» si «se ven reflejadas nuestras líneas programáticas de construir una ciudad para la gente, en la que los servicios públicos estén garantizados y se tomen medidas urgentes de adaptación al cambio climático».

Pero el PSOE de momento no se plantea reabrir la negociación tras la «decepción» que supuso no poder reeditar el pacto. Desde entonces, el reparto de áreas de gobierno, que frustró el acuerdo, no se ha vuelto a poner sobre la mesa, pero el alcalde Héctor Pons dice que «tampoco se descarta. Compartimos muchas cosas y la aprobación del presupuesto surgió casi como algo natural. No se habría entendido de otro modo».

Es Mercadal: el PSOE se ve «apartado» y la Entesa admite que falta comunicación

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En Es Mercadal, el PSOE se siente «apartado» del que había sido su socio de gobierno en mandatos anteriores. La Entesa no aceptó ceder la alcaldía al socialista Jesús Gomila, el más votado en las urnas, y pactó inesperadamente con el PP. La herida abierta a raíz del pacto que invistió alcalde al menorquinista Joan Pallicer aún no se ha cerrado.

Al contrario, Gomila lamenta la «absoluta falta de información» de la coalición Entesa-PP, que atribuye a un «exceso de protagonismo» de los actuales dirigentes. «Nos hacen el vacío». Para muestra, el botón del último acto de Sant Antoni en Fornells, al que fueron convocados tarde y mal. «El día antes y por WhatsApp». Lejos de mejorar, la relación, «cordial a nivel personal», es distante en lo político. «Apenas nos hacen partícipes», reprocha.

El PSOE tuvo que reclamar dos veces en las redes sociales para que se le entregara el borrador del presupuesto. Y, pese a presentar nueve mociones, ha visto como «la Entesa se acerca al PP y a la inversa». Han existido desmarques entre los socios, pero no tan claros como esperaban los socialistas. «El PP va por libre y se ha abstenido sobre acciones del Consell y el Govern, donde gobierna su partido». Pero también la Entesa «ha votado en contra de propuestas que, en otra situación, habría apoyado».

Jesús Gomila ha arrancado el compromiso de Pallicer que se reunirán una vez al mes para pasar revista a la gestión municipal. Pero han transcurrido más de 30 días «y aún espero su llamada».

El alcalde reconoce la distancia con el PSOE, «aunque la relación no es tan complicada como al principio». Admite que «ha faltado formalidad» en la comunicación de ciertos actos, pero se muestra abierto a rectificar e incluir algunas de sus propuestas «para que no se sientan desplazados». Es más, Pallicer mantiene su mano tendida al PSOE para que se integre en el gobierno y asuma áreas de gestión.