El director insular de Proyectos Sostenibles, Antonio Periano, junto a prensados de plástico. | Gemma Andreu

TW
7

El histórico proyecto para la construcción de una planta de biogás en el Área de Gestión de Residuos de Milà va a diferir notablemente del que acaba de recibir el visto bueno de la Comisión Balear de Medio Ambiente para su tramitación. El equipo de gobierno del Consell ha decidido redimensionarlo a la baja, de tal manera que la planta solo tratará una tercera parte de las 30.000 toneladas de residuos orgánicos al año previstas inicialmente, es decir 10.000. El motivo, según el gobierno insular, es que no era factible alcanzar este objetivo con la naturaleza del material que llega actualmente a la planta de Milà.

El hecho de que la Comisión Balear de Medio Ambiente haya declarado favorable el impacto ambiental para levantar la planta de biogás, hace apenas unas semanas, era un primer paso para hacer realidad este proyecto, pero ahora el Consell ha decidido reelaborar la idea, lo que sitúa la ejecución del proyecto a tres años vista como mínimo. El director insular de Medio Ambiente, Mateu Ainsa, ha explicado que el encargo a la UTE Milà, concesionaria del CTR, se basaba en un estudio de máximos en cuanto a los residuos que llegarían a la planta, incluidos los líquidos, que hoy ya no están permitidos, lácteos y purines. Además, contemplaba el tratamiento de los lodos de las depuradoras -unas 7.000 toneladas al año-, que tampoco arriban a Milà, recuerda el director insular.

Noticias relacionadas

Hasta 5.000 toneladas del 'puerta a puerta'

Ese estudio evaluado por Medio Ambiente suponía 16.000 toneladas de fracción orgánica de calidad, 7.000 de lodos, y grandes cantidades de purines, lácteos y sandachs, «pero la realidad es que estos no llegan a Milà y la orgánica de calidad separada en origen es la que estamos empezando a recibir ahora», señala Ainsa. Prever cuál será su incremento a dos o tres años vista se hace complicado, pero el nuevo sistema de recogida puerta a puerta se encamina a que se puedan garantizar entre 3.000 y 5.0000 toneladas anuales de estos residuos para que la planta los convierta en energía eléctrica, compost y fertilizante líquido, según el proyecto inicial.

Por este motivo el Consell pidió primero a la UTE que realizara otro estudio para la planta de biogás en base a 20.000 toneladas pero tras analizar la situación concluyó que tampoco era viable. Ahora el proyecto que pide a la concesionaria debe contemplar una tercera parte de la capacidad inicial, es decir, 10.000 toneladas, aunque técnicamente la planta ha de poder ampliarse a medida que se rentabilice la recogida selectiva, y además, que su maquinaria permita el tratamiento de la materia orgánica aunque no sea de calidad.

La basura orgánica llega ahora mezclada

Milà recibe hasta ahora la orgánica aún mezclada con la fracción resto, que es la que se separa en la planta, pero la resultante que se obtiene sigue siendo de baja calidad porque el porcentaje de impropios es superior al 20 por ciento fijado por la normativa, «por eso el proyecto debería contemplar que también esta pudiera tratar este tipo de residuos». En el mercado existen infraestructuras de biogás que también son aptas para convertir los residuos orgánicos energía, independientemente de su fiabilidad. «Queremos la planta de biogás, pero ha de ser efectiva en el futuro por eso hay que ser certeros en sus posibilidades».

El apunte

El horno de mascotas, activo en dos o tres meses

El horno de mascotas instalado en Milà debe entrar en funcionamiento en dos o tres meses, una vez tenga la cobertura legal y administrativa pertinente en relación al contrato del Consell con la UTE MIlà. Está disponible desde mayo de 2022 atendiendo a la demanda ciudadana, pero aún no se ha establecido su encaje en el contrato.