Zegri plantea soluciones a los delitos reiterados en Barcelona | Josep Bagur Gomila

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Referente del derecho penal en Barcelona, Emilio Zegri Boada, emparentado familiarmente con Ciutadella, de donde es natural su esposa, acaba de redactar un interesante informe encargado por entidades empresariales y comerciales de la gran urbe en el que incorpora propuestas para combatir la multirreincidencia que erosiona la seguridad ciudadana barcelonesa frente a la impunidad delictiva. El trabajo prorroga otro documento redactado por el mismo letrado cuatro años atrás cuyo efecto legislativo se vio minimizado por las enmiendas del PSOE y el PNV en el agravamiento de las condenas en función del importe de hurtos y robos. Esa precisión entra de lleno en la realidad insular, donde una veintena de delincuentes acumulan decenas de detenciones, especialmente en la misma Ciutadella.

¿Tan mal está la Barcelona que ha dejado Ada Colau para que le encarguen el informe?

—Es una ciudad como cualquier otra de su rango, con mucho turismo y, por tanto, la delincuencia es consustancial a su éxito. Supongo que en Ciutadella en verano hay más incidencia delictiva porque aumenta la población y el atractivo para los delincuentes.

¿Pero hay un problema grave?

—Sí, sí, aunque en los últimos meses se ha detectado menor proporción en Barcelona ciudad y mayor en Catalunya territorio, según los Mossos d'Esquadra. Por organización policial es más difícil controlar territorios muy amplios que un espacio concreto como Barcelona donde hay una tipología delictiva y vigilancia más estricta.

Dice usted que el problema de seguridad ciudadana es consustancial a la gran ciudad, pero la preocupación  crece entre ciudadanos y comerciantes.

—Sin duda, la mayor preocupación del ciudadano es la seguridad ciudadana, y también los empresarios de comercios que me han ayudado a hacer este trabajo.

Usted ya hizo un primer informe en 2019 al respecto.

—Sí, se encaminaba a la reforma del hurto multirreincidente. En 2015 se legisló y el Código Penal nuevo contemplaba que cuando había antecedentes por tres delitos de hurto leve pasaba a ser delito grave. El Tribunal Supremo emitió una sentencia en 2017 en la que indicaba que este cambio del legislador de delito leve a grave no era correcto. Lo que hicimos fue elaborar un proyecto por que el obedecíamos al Supremo y al legislador. Tres antecedentes por hurto leve determinarán que pase a delito menos grave (no grave) y el PdCat introdujo esta proposición no de ley en el congreso.

Esa solución, sin embargo, chocó con la enmienda del PSC y el PNV.

—Así es. La enmienda la presentaron en el último momento y suponía que solo se pasara al delito menos grave si los hurtos anteriores habían superado los 400 euros, algo que es razonable por si se trata de una persona que roba tres barras de pan o una lata de atún, a eso no se le puede aplicar la multirreincidencia.

¿Qué sucedió entonces?

—Ha generado un lío terrible en los juzgados. Prosperó el proyecto de ley pero luego los juzgados tenían que pedir las tres sentencias anteriores y en muchas de ellas la cuantía del hurto o el robo no estaba incluida. O se informatiza el registro central de penados y rebeldes para que cuando pidas los antecedentes llegue la sentencia completa o se confiere al juez la facultad discrecional para que él decida si se aplica o no la reincidencia en función de la levedad de los delitos anteriores.   

O sea que el efecto legislativo ha resultado mínimo...

—Claro, es bueno porque tenemos la ley de la multirreincidencia que no puede tumbar el Supremo pero tenemos este escollo. El PP ya ha presentado otra propoposición en el Congreso para eliminar este requisito, aunque no sé cuál será el recorrido.

Extrapolando a la realidad menorquina, esta es la clave. Aquí los delincuentes muchas veces hurtan o roban por valor inferior a los 400 euros y, por eso, casi siempre quedan en libertad y vuelven a delinquir.

—Es así, tiene que ver con la capacidad de Menorca para albergar población reclusa y la de los juzgados de la Isla. En Barcelona, como el delito es leve, ya en el 2019 instauraron unos juzgados de refuerzo donde entraban los juicios por delito leve en  menos de cuatro horas. Hay que tener medidas procesales al mismo tiempo que las legislativas.La eficacia de la ley debe tener medios de ejecución.

¿Qué propuestas más importantes plantea usted?

—En Barcelona, aprovechar la Copa América para que se refuercen los juzgados de lo Penal, las salas de la Audiencia y los juzgados de Ejecutoria para intentar cumplir los plazos. También que los juzgados de refuerzo se queden permanentes, que haya conocimiento puntual de la información estadística, una reforma de la base de datos de penales y rebeldes, la supresión de la regla de los 400 euros...

Esa sería la medida que más reflejo tendría en Menorca.

—Sí, pero también es importante que haya medidas procesales, poner juzgados de refuerzo. Conozco la jurisdicción de Ciutadella y hay colapso. La multirreincidencia en la Isla se puede combatir con medidas de prisión efectivas y también procesales. La relación con la drogadicción, como pasa en Menorca con este tipo de delincuencia, requiere de medidas sociales, no penales. El multirreincidente va a seguir delinquiendo.

¿Hay rechazo de parte de los partidos de izquierda para tirar adelante estas medidas?

—Así es. El PSOE era socialdemócrata que creía en la economía liberal, pero el sesgo que tiene ahora es muy distinto. Hay un peso de la idea de extrema izquierda importante.Por ejemplo, la nueva ley de la vivienda habla mucho del derecho al acceso a la vivienda pero nada del derecho fundamental a la propiedad privada.En Barcelona los jueces son remisos a desokupar por la urgencia habitacional, y lo que dice la Constitución es que ese derecho debe ser promovido por las administraciones, pero no está en los derechos fundamentales como sí está la propiedad privada.

Usted asocia el fenómeno de la okupación ilegal al de la delincuencia internacional.

—Sí, porque esta va viajando. A veces los grupos vienen dos semanas a Barcelona y hay especialidades delictivas por nacionalidades, es el turismo delincuencial que es fantástico si además puedes okupar una casa, no pagas y estás clandestino sin registrar en ningún sitio.

Tipificar el robo de móviles es otra iniciativa suya...

—Sí porque si te roban el móvil te roban todo tu periférico que potencia tu creatividad y recoge tu vida íntima, no debe tener ahí la limitación de los 400 euros porque el valor práctico es muy superior al material del coste que pueda tener el dispositivo.