Las autocaravanas ocupan un terreno particular en el pinar de Santandria durante el verano | Katerina Pu

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Es una de las soluciones que utilizan algunos de los trabajadores de temporada que se desplazan a la Isla y no encuentran otra opción para dar con un alquiler asequible donde vivir los seis meses. Es así como hacen de la autocaravana o un vehículo camperizado adaptado, su lugar de residencia desde hace unos años.

Sin embargo, este recurso choca con demasiados factores adversos que pasan por el cumplimiento de la normativa vigente, en la mayoría de casos, para evitar la posible degradación del entorno por la suciedad que se genera y las molestias que pueden ocasionar a otros residentes en casas cercanas.

Un año más, en el camino del pinar que conduce a la Cala Santandria se acumulan las autocaravanas, que pueden llegar a 15 o 20 durante los fines de semana. En poco espacio se distribuyen las de estos trabajadores –un músico y varios artesanos que venden en mercadillos, entre otros–, con los turistas que disfrutan de la Isla pasando sus vacaciones en estos vehículos.

El camino de Santandria, un terreno rústico de titularidad privada, se manifiesta así como un improvisado camping no legal para estas autocaravanas, que suele permanecer durante el estío salvo que aparezcan denuncias de vecinos. «Sabemos lo que podemos hacer y lo que no podemos hacer, y lo cumplimos porque no vamos a actuar en contra nuestra», explica Nicolás Patris, uno de los trabajadores de temporada. «Apenas hay lugares donde se permite acampar en Menorca, por lo que lo que hacemos es estar estacionados, solo eso».

La autocaravana no puede superar su propio perímetro de ocupación. Por tanto no pueden abrirse las ventanas salvo que sean correderas, tampoco pueden sacarse mesas o sillas al exterior, ni colgar ropa visible o utilizar toldos si se trata de un estacionamiento. Tampoco pueden tener mascotas sueltas ni tan siquiera atadas al propio vehículo, como les hizo ver un agente local que hecho ronda por el pinar hasta en tres ocasiones en las últimas semanas.

«Conocemos las limitaciones, lo hablamos entre nosotros e incluso cuando vienen turistas les decimos lo que no deben hacer». Explica este músico italiano que efectivos de la Guardia Civil del Seprona han pasado por la zona en varias ocasiones este año y los anteriores, para inspeccionar el estacionamiento «y no nos han puesto pegas, como sí nos ha puesto la Policía Local, por ejemplo». Señala que es necesaria una pizca de comprensión dada la situación en la que se encuentran, «es posible que a veces sí saquemos alguna silla para sentarnos al fresco porque el calor dentro de la caravana en verano es insoportable, pero no creo que eso haga mal a nadie».

Relata que algunos días o semanas cambian de ubicación y se van al estacionamiento de Es Grau, en el término municipal de Maó, donde también cumplen las normas para no permanecer siempre en el mismo lugar ni degradar el entorno.

Sin embargo, la coincidencia de residentes y turistas no siempre ofrece el mismo resultado «porque siempre hay algún guarro que se comporta mal y abre el vehículo, saca mesa o deja residuos, en cambio nosotros hasta ponemos un bidón de vez en cuando para depositarlos en él», indica Patris, quien en todo caso, subraya que «nosotros estamos aquí para trabajar y vivimos ahí porque no tenemos alternativa, no hay una solución habitacional en Menorca».

El apunte

La Policía les avisa de que serán multados si incumplen la normas para estacionar

La Policía de Ciutadella dispone de un agente encargado de controlar las acampadas ilegales, por lo que frecuenta las autocaravanas en Santandria. Recientemente lo hizo y tomó nota de las matriculas de los vehículos estacionados; también amonestó a una familia francesa acampada con el techo del vehículo abierto. Los agentes advierten a los titulares de que en una próxima ocasión serán sancionados si incumplen las normas conocidas, incluida la de tener mascotas en el exterior o colocar calzos al vehículo. Este aviso generó tensión entre algunos de los campistas, contrariados por la inflexibilidad para que el perro de uno de ellos pueda estar amarrado al vehículo. Las mascotas encerradas con el calor corren riesgo, alegan los campistas trabajadores, que tampoco hallan pisos de alquiler en verano donde les acepten sus animales. Está en exposición la ordenanza municipal que limita el estacionamiento a 24 horas en un mismo lugar y que hará fácilmente constatable si el vehículo la incumple. «El problema es de salubridad si se pasan ahí una semana o 15 días, como sucede en Pont d’en Gil o Santandria, porque si tienen un contratiempo la suciedad se queda ahí», señala el subinspector Lluís Sánchez. No todos usan el punto habilitado en el poligono para dejar la basura.