Felip Moll embarcará en el «Astral» de Open Arms

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El regatista y comodoro del Club Nàutic Ciutadella, Felip Moll, embarcará este viernes en el velero «Astral», de Open Arms, para participar en su tercera misión de vigilancia en el Mediterráneo. Lo hará como patrón de una de las embarcaciones de rescate de la ONG, tras sus dos experiencias previas en 2017, donde lograron evitar que el mar acabara con la vida de más de mil migrantes.

Ya desde Barcelona, donde llegó este miércoles a mediodía, tenía claro el ciutadellenc que «el foco no debemos ser nosotros, los auténticos héroes es toda esta gente que, pudiendo pagar un billete de avión para venir a Europa, se ve obligada a pagar mucho más, porque no les expiden pasaportes o visados por cuestiones geopolíticas». Mucho más dinero para enriquecer las mafias y embarcarse en una travesía que «suele acabar muy mal», con cientos y cientos de fallecidos en medio del Mare Nostrum. «Nosotros sólo ponemos un granito de arena, pero el problema cada vez es mayor», asegura el deportista, que destina lo que le queda de sus vacaciones anuales a colaborar con Open Arms.

Es rotundo Moll al responder si salvar vidas genera algún tipo de ‘satisfacción' personal. «¡No! Al contrario, te deja fatal, porque sabes que volverás a casa, con todo de cosas banales como que se te agota la batería del portátil o que quieres un móvil nuevo, pero que aquello continuará, es una realidad aparte». Es más, «personalmente sientes una gran impotencia, sabes que solo les has sacado del mar, pero que en realidad les queda un segundo viaje, por tierra en Europa, que significa que acabarán cinco años en un campo de refugiados, deportados o malviviendo en la calle, con todo el racismo que hay».

«Es una experiencia dura»

Entre sus dos misiones anteriores participó el menorquín «en cuatro rescates y pudimos salvar a más de mil personas, pero también encontramos muertos». Una experiencia que fue «dura, es muy intenso», asegura, recordando un caso con «veintitrés cadáveres en una patera».

Y no solo eso. Las personas que tienen más suerte y son rescatadas en alta mar «llegan violadas, las mujeres pero también los hombres; chantajeados, torturados, con heridas de bala, con mordiscos». Y cuando llegan a Europa, «si es que nos dejan descargar, se encuentran con neonazis que les esperan; tienen un futuro muy complicado».

Para Felip Moll todo es «por la política, y cada vez está peor. Nosotros solo intentamos paliar la situación, pero las políticas cada vez son más duras», lamenta el navegante de Es Nàutic. «Y más si se introduce la ultraderecha, con sus mensajes falsos, xenófobos y racistas, que crean desinformación y acaban generando odio y miedo en la sociedad contra los fenómenos migratorios», denuncia.

En este contexto, se embarcará Moll hasta el 14 de agosto, «no por satisfacción personal, por impotencia, porque debo hacer algo, aunque no sirva de mucho». Lo hará tras las reuniones y los preparativos de este jueves, bajo el mando del capitán del «Astral», Savvas Kourepinis, y junto a los jefes de misión y de rescate, dos socorristas, dos enfermeras, un cocinero, seis voluntarios y uno o dos periodistas «para documentar» la labor que realizan, darle difusión y crear conciencia.