En su hábitat profesional. Sugrañes da por hecho que será    candidata al Consell, aunque aún no ha sido proclamada | Gemma Andreu

TW
16

Misericordia Sugrañes, popularmente Coia, es una de las políticas en activo más veteranas. Preside el PP insular, es la portavoz de su grupo en el Consell y en su pasado figura la Alcaldía de Alaior y escaño en el Parlament. Pasa balance al mandato que concluye dentro de unos meses y, desde la mirada de la oposición, la conclusión es crítica hacia el trabajo del gobierno que ostentan PSOE, Més per Menorca y Unidas Podemos.

¿Desgasta más la oposición que el gobierno?

—La política desgasta siempre, en un sitio y en otro. Pero recuerdo mis ocho años de alcaldesa, hay desgaste pero hay un retorno, el de los objetivos realizados. La oposición es ingrata, oscura, porque lo que he percibido estos cuatro años en el Consell es la falta absoluta de transparencia y el rodillo con el que ha actuado el tripartito. Y es evidente que tanto en un sitio como otro, has de trabajar, para eso te han elegido.

¿Qué ha aprendido en la oposición?

—A conocer la institución, saber lo que modificarías y eliminarías y también que el Consell se ha convertido en una maquinaria enorme que no soluciona los problemas del ciudadano.

¿Entre lo que cambiría o eliminaría está ese complemento de productividad, dos millones que se reparte entre los funcionarios?

—El complemento de productividad debe estar vinculado a objetivos y que estos se cumplan. Ha de hacerse un seguimiento, los funcionarios agradecen -lo recuerdo de mi etapa de alcaldesa- criterios claros de funcionamiento, cada semana hacíamos una revisión. Lo que veo en el Consell es un caos, actúan a impulso, no es bueno para el funcionario y muchos menos para el ciudadano.

¿Damos por hecho que será la candidata del PP en las elecciones de mayo?

—Todo apunta que será así.

¿Tiene equipo?

—Estamos en ello, hay gente muy comprometida e ilusionada, con ganas de cambio, no es fácil encontrarla hoy en la política.

¿Eso significa renovación profunda?

—Significa algún cambio respecto al equipo actual.

Hay encuestas que dan representación a Vox, ¿qué piensa?

—Que son encuestas, todos los partidos trabajamos para obtener representación y, en el caso del PP, para darle un vuelco a la política insular.

¿Sería un buen socio?

—Ya veremos el resultado. El PSOE gobierna con Podemos.

El mandato acaba en unos meses, ¿qué le ha parecido?

—Decepcionante por la falta de gestión y    liderazgo. Los discursos medioambientales son una estafa, son los mismos que están lanzando para la próxima campaña electoral, lo que indica que han estado ocho años hibernando, están anunciando lo mismo que no han hecho en este tiempo.

Algo sí habrán hecho.

—Basta analizar el caso en la gestión de los residuos o las energías renovables, que no avanzan, el segundo cable que tenía que llegar y no llega, el asunto de menores, que dijeron que en cuatro años tenían que hacer un protocolo y aún lo esperamos, el parque eólico, el ciclo del agua. Todo su gran discurso medioambiental está todavía por realizar.

Al menos se ha avanzado en la Menorca Talayótica ¿no?

—Es una buena idea que lanzó el PP y ellos han convertido en un chiringuito. Hay que ver la cantidad de dinero que se han gastado con todo esto, millones de los que no tenemos retorno. El PP observa la Menorca Talayótica como una inversión y ellos lo utilizan para colocar a más gente.

¿También piensa lo mismo de la  ley de la biosfera?

—Nosotros presentamos la idea para tener una financiación adicional para precisamente agua y residuos, entre otras materias, y que la cantidad viniera fijada por ley porque así no estaría al arbitrio del gobierno de turno. Ellos la han aprovechado para encorsetar más la economía con prohibiciones e intervenciones. No tenemos asegurada más financiación pero sí más gasto y la creación de más chiringuitos.   

Para 2023 se ha aprobado el presupuesto más alto.

—Sí, comiéndose el ahorro de diez años con la gravedad que lo único que ejecutan a la perfección es el gasto corriente, no queda nada, pero las inversiones no se ejecutan más del 17 por ciento. Son despilfarradores absolutos con nuestro dinero.

¿Cree que acabará el ciclo de la izquierda tras estos ocho años?

—Ha de acabar. La gente necesita oportunidades. Si continúa la izquierda, Menorca se va a convertir en una isla de funcionarios y jubilados. En una encuesta que hizo el PP, se preguntaba si había oportunidades para los jóvenes y fue la que más unanimidad obtuvo, no hay oportunidades y los jóvenes se van. La izquierda está alejada del día a día de la gente.

¿Cuál es el mensaje del PP?

—Proteger al ciudadano menorquín. Estamos de acuerdo en un instrumento como el PTI que regule el ordenamiento territorial pero no solo desde el punto de vista del medio ambiente sino que englobe economía y los aspectos sociales. No decimos que vayamos a modificarlo como en 2011 sino que llevamos un año trabajando para intentar cambiar aspectos que nos parecen sustanciales.

¿Cuáles son?

—Todos aquellos que hacen del PTI que ha de aprobarse ahora un documento intervencionista, asfixiante y que provoca una vorágine de burocracia que ahuyenta a todos aquellas personas que quieren iniciar alguna actividad. Ellos dicen que no lo prohiben, pero te ponen tantas pegas y te complican de tal manera para que al final desistas. Ese instrumento ha de modificarse y poner las líneas muy claras para ofrecer oportunidades reales a jóvenes y no tan jóvenes. El otro día salía en «Es Diari» un caso de estos, un emprendedor que tuvo que irse a Sevilla.

¿Es partidaria de más desarrollo turístico?

—Necesitamos el turismo y establecimientos de más calidad. Esto no quiere decir nuevas urbanizaciones, ese debate está cerrado y creo que hay unanimidad social y política, sino apostar por la calidad. También tenemos claro que no solo podemos vivir del turismo.

¿Es de las que piensa que ha habido masificación o que ha sido una temporada de éxito?

—Ha sido mejor que las pasadas, una buena temporada. No lo tomaría como masificación sino que lo que hemos de ver es la falta de previsión de los políticos, que ni han arreglado la carretera ni aparcamientos, nada.

Hablando de carretera, ¿recuperará el proyecto del PP?

—Mira lo mejor del mandato, dentro de lo malo, ha sido la alegría de ver obras en el puente de L'Argentina. Ha costado ocho años y perder el convenio de carreteras, más de 20 millones, y encima nos cuesta el triple de lo que habría costado en su momento. Y además hacen el proyecto del PP y, de paso, se cargaron a una consellera. Para nosotros lo prioritario era la seguridad de las personas y a ellos les ha costado asumir este principio. Cuando lleguemos mantendremos también el de Rafal Rubí.

¿Cómo evalúa la gestión del equipo de gobierno de la izquierda?

—Son los del no a todo, del dicho y no hecho y que viven permenentemente en la contradicción, que van de ecologistas pero con una política que está matando al sector primario y que nos ha llevado a la cola en el tema de la gestión de residuos.

¿Cómo sería la gestión del PP en esta materia?

—Apostamos por residuos de vertido cero. ¿Qué quiere decir? Que en lugar de malgastar el dinero, lo invirtamos en enviarlos fuera en vez de un vertedero que contamina el subsuelo y provoca incendios descontrolados. Además hay plásticos que se van al mar.

¿Quiere decir enviar la basura a Mallorca?

—Es posible, efectivamente. Tiene un coste, pero si vemos todo el dinero que se tira ahora... Reserva de biosfera es binomio de medio ambiente y persona. Se ha hecho una gran inversión en Milà y sirve para la separación de residuos y ello facilita luego el transporte. Estamos trabajando en esa idea.

¿Qué otras necesidades urgentes tiene Menorca?

—Eliminar burocracia, soluciones al problema del agua, acabar la carretera, me parece desazonador oir a la presidenta que aún no saben qué hacer con el puente de Rafal Rubí, dar solución a los hortals, mejorar la formación profesional para los jóvenes, hay que abrir una línea de carpintería.

¿Mantendrá la política de subvenciones y bonos de compra?

—Lo que tenemos claro es que el PP apuesta por las oportunidades y, por tanto, hay que ir al centro del problema, que es agilizar todas las tramitaciones para transmitir tranquilidad a todos aquellos que empiezan un proyecto o negocio, que lo vean posible. No somos amigos de paguitas y subvenciones, pero sí es cierto que las personas que lo pasan mal recibirán ayudas. También es cierto que el comercio local, que de alguna manera se beneficia de estos vales, habrá que buscar algún tipo de estímulo porque si no estamos viendo que las grandes empresas se comen a las pequeñas.

Si llega a gobernar, ¿qué es lo primero que hará?

—Presentar la modificación del PTI y mostrar a los ciudadanos, para su tranquillidad, que las cosas empiezan por fin a cambiar.