El kiosco de Ses Palmeres anunció el cierre en enero de 2021 por las restricciones sanitarias. | Josep Bagur Gomila

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La Plaça de ses Palmeres volverá a tener un kiosco de golosinas y refrescos dos años después de que su anterior concesionaria echara el cierre por las pérdidas económicas que provocaron las restricciones de la covid-19. El Ayuntamiento de Ciutadella ha aprobado sacar a concurso la concesión administrativa para el uso privativo de este espacio, situado en una de las plazas más emblemáticas de la ciudad.

Los interesados podrán presentar sus ofertas en la web municipal hasta el próximo 5 de enero. Tras los problemas económicos que provocaron su cierre, el equipo de gobierno ha decidido reducir a una tercera parte el canon que se exige a la empresa que lo gestione. Si la anterior tenía que abonar 11.700 euros al año en virtud de una concesión del año 2013, con vigencia para diez años, ahora el precio de partida de la licitación se sitúa en 3.154,7 euros anuales.

El plazo de la concesión es de seis años con posibilidad de prórroga de otros dos. El kiosco se tiene que destinar obligatoriamente a la venta de golosinas, helados, caramelos, bebidas frías o calientes no alcohólicas, frutos secos, frutas envasadas y productos de panadería o pastelería que no sean elaborados en la propia instalación.

La anterior concesionaria, que no ha podido completar los diez años de contrato que tenía previstos, no pudo salir adelante después de los meses de confinamiento y las restricciones a la movilidad, incluidos toques de queda, que se decretaron durante la pandemia. Las reducciones en el canon aprobadas por el Ayuntamiento de Ciutadella, que fueron del 23 por ciento, no fueron suficientes para enderezar sus cuentas.