Algunos de los manifestantes concentrados este sábado frente al obelisco de la Esplanada de Maó. | Josep Bagur Gomila

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Todos los grupos políticos de la izquierda menorquina, salvo el PSOE, y los sindicatos CCOO, UGT y STEI se han adherido este sábado a la concentración para exigir la demolición del obelisco de la Plaça Esplanada de Maó, que el coordinador de Esquerra de Menorca y diputado autonómico de Unidas Podemos, Pablo Jiménez, ha calificado de «engendro fascista» que atenta contra la memoria democrática.

Medio centenar de personas se han sumado a la protesta, impulsada por Esquerra de Menorca y el Partido Comunista, y presidida por una pancarta con el lema «Fora símbols franquistes: si estirem tots ell caurà».

Además de alertar del resurgir del discurso de la «extrema derecha y el fascismo» en toda Europa, las críticas se han dirigido al actual gobierno socialista y la ministra de Defensa, Margarita Robles, que ha rechazado hasta ahora demoler el obelisco de Maó alegando que ya cumple con la legislación vigente tras ser despojado en su día de la simbología franquista.

Pese que el PSOE no se ha adherido formalmente a la protesta de este sábado en Maó, entre los asistentes sí estaba el histórico dirigente y actual militante socialista de Maó Albert Moragues.

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El portavoz en Menorca del Partido Comunista, Ramon Carreras, ha señalado en su intervención que «este no es un acto de extremistas ni de guerracivilistas, como dicen los que nos quieren difamar, es un acto por la libertad, la democracia, la memoria y la dignidad».

Afirma que una democracia «no se puede sustentar en una amnesia selectiva, una equidistancia calculada entre las víctimas y los verdugos» de la dictadura.

Críticas a la transición

En nombre de Més per Menorca, la diputada Patrícia Font ha tomado la palabra para denunciar que la transición española «no resolvió nada» en materia de reparación de los crímenes cometidos durante la dictadura y ha afeado la falta de voluntad política del Gobierno para la demolición de un monumento en contra de lo previsto en la ley autonómica de memoria democrática. También ha recordado que para su construcción, además del trabajo de prisioneros, se emplearon piedras talayóticas.

Desde Esquerra Unida, Pablo Jiménez ha señalado que el obelisco sigue siendo una exaltación de la dictadura: «No porque le quiten los símbolos de la infamia y el odio desaparece su significado original, que es la exaltación del fascismo», ha afirmado, «se hizo en honor a los caídos por el franquismo y en contra de los que lucharon por la democracia».