«Fue terrible, a pesar de estar lejos, en Menorca, teníamos miedo y sentías una impotencia total, era muy triste, teníamos que vigilarnos las espaldas», recuerda Assumpta Vinent, exalcaldesa de Ciutadella, del PP.Ese miedo hacía que populares y socialistas, los más amenazados por ETA, tuvieran dificultades para completar sus listas electorales en algunos municipios del País Vasco. Algunos dirigentes, como María San Gil del PP, pidieron ayuda a compañeros y militantes de otras provincias para llenar aquellas candidaturas, y contaron con apoyos, también de las islas. «Eran muy valientes, creo que yo no me hubiera atrevido», admite Vinent, que cuando mataron a Blanco tenía un niño con solo dos años de edad y ella misma empezaba a andar en política.
Blanco era concejal de un pueblo pequeño, con solo 29 años, y eso lo hacía más cercano para quienes ejercían la política municipal, el terror, aunque alejado de Menorca, se había vivido con atentados en Mallorca y nadie sabía lo que podía suceder. «Vivíamos en una anormalidad de la que parecía que no íbamos a salir nunca, era como una maldición», afirma el exalcalde de Maó, «eso nos tiene que hacer recordar lo que es vivir en paz».
Los alcaldes y concejales de la Isla también tenían que seguir unas normas por su seguridad, ante la amenaza terrorista. «Teníamos miedo, aquellos días estábamos todos muy preocupados», recuerda Assumpta Vinent. «Durante una temporada nos dijeron que revisáramos los bajos del coche y que cambiáramos rutinas, se dieron directrices a los concejales, era difícil que pasara algo en Menorca pero había una gran preocupación nacional», apunta Arturo Bagur.
El expresidente del Consell, Cristóbal Triay, vivió aquellos días de julio con tensión y «con la esperanza de que no acabaran matándolo, que la dignidad de las personas primaría, pero fue todo muy cruel». Triay considera que el gobierno de Aznar hizo lo correcto, «el gobierno no podía arrodillarse frente a los asesinos», que pedían el acercamiento inmediato de 600 presos etarras a cárceles del País Vasco. «Lo que más me duele», dice el expresidente menorquín, «es que haya más de 300 casos sin resolver y que el gobierno actual se apoye en un sucedáneo de quienes extorsionaban y mataban», explica.
Desde el nacionalismo menorquín, entonces representado en el Consell por el conseller Ramon Orfila (PSM), quien renunció en noviembre de 1997 y fue sustituido por Joan Bosco Gomila, este artículo cuenta con la voz del exsecretario general del PSM (1997-1999), Manel Martí, autor de «La nació dels menorquins» y de «El somni menorquí(nista)» entre otras obras sobre el menorquinismo. Martí asegura que la tradición del PSM siempre fue «antimilitarista y pacifista» en contra la violencia del terrorismo y también de la violencia «ilegal del Estado para acabar contra ETA».
El asesinato de Miguel Ángel Blanco lo recuerda como «algo muy duro» vivido con «rabia e indignación» en la parte humana y con «desconcierto e incomprensión porque había personas que usaban la violencia, el terror y la violación de derechos humanos para conseguir objetivos políticos». Martí asegura que aunque hay puntos coincidentes entre el nacionalismo menorquín y el de otros territorios «en cuanto a soberanía y autogobierno», siempre existió «una grandiosa distancia» en cuanto al uso de la violencia, «el PSM nunca se ha movido en esos parámetros». Miguel Ángel Blanco fue objetivo de ETA por ser un cargo político y «las ideas en democracia se deben poder expresar», recuerda Martí.
8 comentarios
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Y nuestro presidente pactando hoy con BILDU los herederos de ETA que vergüenza.
Per un món anti militarista i pacifista
Y como indigno y repugnante resultado de aquella "conmoción" ciudadana, hoy tenemos que soportar a los herederos políticos de aquellos asesinos etarras dictando al dizque gobierno de España leyes tan sectarias y denigrantes como este engendro totalitario de la mal llamada Memoria Democrática. Y todo se lo tenemos que agradecer a este grandísimo traidor embustero que okupa La Moncloa y a su partido, el siempre traidor, corrupto y criminal PSOE, sin duda el partido más nocivo y letal para España, con permiso del PNV.
En muchos encuentros entre los sindicatos para unificar movilizaciones, cuando aparecían los representantes vascos, lo decían bien claro, con voz amenazante y mirada de odio " la democracia en España nos importa una mierda, a nosotros sólo nos mueve la independencia de Euskadi". En una de esas reuniones, en el Poza del Tío Raimundo, Madrid, desde la delegación de Baleares se les dio una respuesta contundente afeándoles su discurso y criticándoles sus ideas de movilización con una pistola en la mano. Esa era la intención de todos los actos terroristas: hacer el mayor daño posible para evitar el avance democrático y no como a veces se intentan justificar como luchadores antifranquistas. Y muchas de las comparaciones, como la que hace Joan Llufriu, (buscando algún tipo de justificación a la barbarie) tampoco son nuevas, ya las veíamos incluso con los cuerpos calientes de las victimas, cuando te susurraban al oído que la culpa de los atentados la tenían quienes no negociaban con los asesinos.
Me parece justo que la población y las autoridades se movilicen ante un asesinato como este. Dicho esto, mientras ETA asesinaba y seguía asesinando a policías, militares y guardias civiles, nadie decía nada -(y eso que entonces...eran otros tiempos...)- nadie se movilizó, y mucho menos el enmudecido, ciego y sordo poble basc. Lo siento pero así fué.
Que el PSOE esté en todos estos homenajes a día de hoy es una vergüenza e indignidad, sabiendo con que apoyos está gobernando en Pedro Sanchez, con los herederos de esos asesinos.
Antropilògicament és molt interessant veure com reacciona la societat davant les injustícies. Igual que va passar amb les camisetes verdes, que va ser una gernació sortint al carrer dient prou. Unes reaccions a les que m'hi adheresc sense cap condició. El que no és el mateix és l'impetu que hi dediquen certs mitjans de comunicació perquè si amb una de les dues coses s'hi bolca, amb l'altra es'hi posa de perfil. És així.