Otras firmas, como la empresa de calzado Pons Quintana, implementa acciones para detectar contagios como el cribado masivo que realizó el pasado día 3, cuando regresaba la plantilla después del parón de las Navidades. «Salió un positivo y como eran las 7 de la mañana el trabajador se fue a casa para confinarse», explica la gerente Magda Pons Quintana, quien añade que «hoy (por ayer) están saliendo los positivos de Reyes», lo que implica que más trabajadores, tras las fiestas, serán baja y deberán cumplir cuarentena. No obstante la fábrica funciona con normalidad. «De momento no es alarmante ni obliga a parar o modificar la cadena de producción», señala.
«El empresario tiene muy asumido el procedimiento, a pesar del perjuicio que les supone esta situación», señala María García, secretaria general de PIME-Menorca, quien no obstante subraya que solo dos bajas por covid-19 pueden abocar a algunos pequeños negocios a un cierre temporal. Las empresas con plantillas más numerosas están más expuestas a tener positivos pero su capacidad de respuesta es mayor; las microempresas o los autónomos sufren más porque un solo positivo puede dar al traste con su actividad por espacio de una semana o diez días. En el sector agroalimentario, plantas como la de Coinga no tienen bajas en este momento y producen con normalidad, «con protocolos muy estrictos» de seguridad en todos los procesos.
La construcción tampoco se ve frenada por los contagios, los empresarios creen que trabajar en espacios amplios y al aire libre les beneficia, pero aún así el goteo de bajas es constante. «En mi empresa hay 25 operarios y ahora mismo no hay bajas, pero hoy ya he ido a dos marmolistas y los dos tienen positivos», explica José Olives, presidente de la Asociación de Empresas de Construcción de PIME. La constructora Capó Moll tenía ayer siete trabajadores afectados, «suele ser por contactos estrechos, en la familia», señala su responsable, pero ómicron multiplica esas bajas, ya que «lo normal es que sean uno o dos trabajadores al día», añade, al tiempo que descarta contratiempos de calado, «la obra de momento no se para».
Precisamente Capó Moll trabaja en el proyecto de la nueva Clínica Menorca y en la Red Juaneda, asegura su gerente, José Luis Bosch, «hemos tenido bajas pero en los mismos porcentajes que antes de la covid-19, y se cubren con refuerzos de contrataciones y horas extra». El grupo tiene un 97 por ciento de sus empleados vacunado.
Por otro lado, en el IB-Salut, el representante del sindicato CCOO en el Hospital Mateu Orfila, Juan Andrés Bernabéu, afirma que se vive «una situación extraña» ya que «en función del grado de contagio se reducen los controles y entonces hay más contagio». Según el delegado sindical, es comprensible que los contactos estrechos de un positivo que estén vacunados no hagan cuarentena porque «al estar el contagio tan extendido nadie trabajaría, pero eso provoca que personas que han dado negativo en un test de antígenos y que en unos días pueden desarrollar el virus, estén yendo a trabajar», con el riesgo que conlleva. Añade que lo esencial es reestructurar «y cuidar mucho más» la Atención Primaria, de lo contrario hay «o una sobrecarga de trabajo o la saturación total de los centros de salud».
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