La incertidumbre sobre la llegada de turistas británicos mantiene todavía muchos hoteles cerrados. Aunque en los próximos días vuelve a la actividad un buen número de establecimientos, unos 70, el mes de julio va a arrancar con cerca de la mitad de la oferta de alojamiento todavía cerrada al público. Según cálculos de la Asociación Hotelera de Menorca (Ashome), la temporada alta se iniciará «tímidamente», con entre un 50 por ciento y un 60 por ciento de la planta abierta en un nuevo año complicado para un sector que con la pandemia ha aprendido a lanzarse a la actividad con ocupaciones bajas.
Son muchos los hoteleros que continúan a la espera de las decisiones del Gobierno británico, aunque buena parte no supedita totalmente su apertura a la llegada de el gran mercado extranjero. Están decididos a abrir sus puertas a poco que aumenten las reservas de mercados como el francés, que se está convirtiendo en el cliente extranjero por excelencia en estos primeros compases de la campaña turística. Si pueden prever ocupaciones de al menos un 35 por ciento o un 40 por ciento darán el paso, con la opción de hacerlo parcialmente, manteniéndose clausurados parte de los edificios para ahorrar costes. Otros en cambio, los que dependen exclusivamente del cliente británico, pueden verse forzados a pasar el año –en algunos casos otro más– en blanco.
El seguimiento que lleva a cabo periódicamente la patronal hotelera sobre la oferta de alojamiento disponible muestra claros síntomas de mejoría para las próximas dos semanas. Si para finales de la primera quincena anunciaban que ya había 98 establecimientos abiertos, en la segunda quincena y los primeros días de julio la oferta anunciada se eleva hasta los 165 hoteles de todas las tipologías. También se puede comprobar como las urbanizaciones turísticas, las que más han sufrido la falta de actividad en el último mes y medio, empiezan a presentar una abundante oferta, si bien todavía alejada de la realidad previa a la pandemia.
Hace 15 días la mayoría de los establecimientos abiertos se encontraban en los centros urbanos y en el campo. Ahora la situación es la contraria. El 60 por ciento de los establecimientos que estarán operativos con el arranque del mes de julio serán hoteles ubicados en las urbanizaciones turísticas, lo que motivará la apertura de un mayor número de negocios de la oferta complementaria. Destaca por ser la que tendrá una oferta hotelera más amplia la zona turística Cala en Bosc-Son Xoriguer, en Ciutadella, con 22 establecimientos hoteleros abiertos.
La gerente de Ashome, Azucena Jiménez, explica que en estos momentos los mercados claramente mayoritarios son el español, el francés y en menor medida el alemán, y a tenor de las grandes dudas que despierta el turismo británico esta temporada asegura que «estamos trabajando con la administración para enfocar la promoción en otros mercados alternativos al británico para centrarla en marcados que ya dispongan de conexiones de avión y barco con el objetivo de reforzar las ocupaciones».
Mientras la administración confía en que la temporada pueda alargarse al otoño, desde el sector hotelero son mucho más escépticos. Los unos se fijan en los análisis de búsquedas del destino y en las previsiones de las aerolíneas. Los otros en las reservas, que en tiempos de pandemia apenas son fiables a 15 días vista. El gran mercado que desestacionaliza en la Isla es el británico, mientras que el que va a dominar la temporada, el nacional, tradicionalmente se ciñe a julio y agosto o como mucho a la primera quincena de septiembre.
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