La yegua que dejó morir de hambre y sed en la finca, con llagas en el cuerpo por no poder moverse

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La justicia ha dado la razón a la Protectora d'Animals de Maó en el caso del propietario de caballos denunciado por maltrato animal en 2020 y le condena a nueve meses de prisión y tres años de inhabilitación especial para ejercer cualquier profesión relacionada con los animales, así como la tenencia de los mismos.

El magistrado del Juzgado de lo Penal número 1 de Maó considera probado que el 23 de junio de 2020 el acusado golpeó con un palo en la cabeza a una yegua hasta matarla. Además, durante las inspecciones realizadas por los veterinarios del Consell en su finca, estos hallaron 16 caballos desnutridos y deshidratados, con las costillas y caderas marcadas bajo la piel. Entre los equinos una yegua se encontraba en estado de «caquexia extrema», es decir, extremadamente desnutrida, y llevaba varios días al sol y sin agua. Los inspectores observaron que en las proximidades del animal había paja y un cubo de agua, pero el animal no podía acceder a ambos ya que estaba tan débil que no podía moverse.

La yegua tenía llagas de estar tumbada tanto tiempo sin moverse, pero el acusado no dio aviso a ningún veterinario para atender al animal, que finalmente tuvo que ser sacrificado. El acusado mantenía los equinos en diferentes terrenos, tanto en la calle Vassallo de Maó como en el Camí d'en Claudis de Llucmaçanes, donde animalistas se percataron de la situación y la trasladaron tanto a la opinión pública como a los juzgados.

La condena a nueve meses de cárcel y la inhabilitación especial por dos años se impone por un delito de maltrato animal. El juez también le condena por otro delito de abandono animal a seis meses de multa, con cuota diaria de diez euros, e inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier trabajo relacionado con animales y la tenencia de los mismos durante un año. Asimismo se impone al acusado las costas procesales y se advierte al condenado de que, aunque no entrará en prisión por no tener antecedentes penales, la suspensión de la pena de cárcel puede revocarse si no cumple las condiciones fijadas en la sentencia o delinquiera en el plazo de dos años.

El caso de este propietario de caballos, ahora ya condenado por maltrato y abandono animal, arranca en 2018, cuando se hicieron públicas las primeras denuncias de entidades animalistas por el estado en el que tenía sus equinos. Dos años después la Protectora, ante la reiteración de los hechos, llevó estos a los tribunales.