Turistas llegados a Menorca esta semana, este miércoles por la mañana en la covid-expres, de Dalt Sant Joan, en Maó, para hacerse el test de antígenos | Josep Bagur Gomila

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Buena voluntad y conciencia ciudadana individual son dos de los pilares importantes, si no los principales, que dan coartada a la nueva laxitud en el control de los pasajeros nacionales que llegan a Menorca y no cumplen los requisitos de entrada, lo que les obliga a someterse a las pruebas que descarten el contagio.

El desvío de los test de antígenos para el diagnóstico del coronavirus que hasta ahora se hacían en las terminales de llegada hacia los puntos covid-exprés de Maó y Ciutadella puede suponer que un infectado que no lo sepa podrá expandir el virus hasta que se someta al test que lo determine, y para ello dispone de un margen de 48 horas. Solo del pasajero depende, por tanto, tomar una actitud responsable y quedarse en su destino hasta que le hagan la prueba y obtenga el resultado.

El cambio decidido por el Govern, principalmente, para evitar el colapso en los aeropuertos a medida que crece el aumento de la llegada de vuelos, lleva emparejada una medida de obligado cumplimiento pero de difícil control. Aquellos turistas que se nieguen a acudir a las covid-exprés de Maó y Ciutadella, según su destino, para hacerse el test de antígenos deben guardar cuarentena en su residencia durante 10 días tras presentar a su llegada una declaración por la que se comprometen a no salir durante ese plazo.

Los que sí se sometan al test y den positivo deberán seguir las instrucciones de la autoridad sanitaria. El resto, es decir, quienes sí hayan acudido a hacerse el test deben enviar una fotografía del resultado al mail: controlpuertosyaeropuertosib@ssib.es. Desde la Conselleria de Salud recuerdan que lo ideal es llegar a las Islas con la prueba PCR negativa realizada en origen.

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Formulario y QR

Los pasajeros tendrán que haber cumplimentado el formulario de control sanitario a modo de declaración responsable y presentarlo a su llegada, o si no la traen consigo, rellenar el documento que les facilitará el personal sanitario en la terminal. Un lector registrará entonces la QR generada en la base de datos y, en función del volumen de pasajeros, se realizarán controles aleatorios a personas que deberán mostrar la documentación acreditativa de los datos introducidos en el formulario, por ejemplo, que ya están vacunados en primera o segunda dosis, o que hayan pasado el coronavirus en los 6 meses previos al viaje. El pasajero está obligado a llevar consigo esa documentación, y si no lo hace se expone a ser sancionado.

En el caso de que un pasajero no haya acudido a la covid-exprés que le corresponde en Maó o Ciutadella para hacerse el test en las 48 horas posteriores a su llegada, el código QR permite que su nombre se incluya directamente en la relación de personas que han de estar en cuarentena, de cuyo control se encarga el Servicio de Emergencias 112. Difícilmente algún empleado comprobará si el turista en cuestión está cumpliendo el confinamiento, pero en caso de que sufra algún percance y se revele su situación se expondrá a una sanción grave.

Las personas que deben acreditar la prueba negativa en origen o hacerse el test a su llegada son los turistas o residentes de regreso después de más de 72 horas fuera de las Islas, que no hayan recibido ninguna dosis de vacuna (si es solo una, en los 15 días anteriores), y que además procedan de una comunidad autónoma con una incidencia acumulada a 14 días de más de 60 casos por 100.000 habitantes.