Oficina de CaixaBank en Es Migjorn | Josep Bagur Gomila

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El panorama bancario en la Isla va a sufrir en las próximas semanas un nuevo impacto tras haber culminado ayer la absorción de Bankia por Caixabank. Son hasta hoy las dos entidades con más presencia en la Isla y al pasar de competencia a unión llevarán a cabo un reajuste de medios materiales y personales.

En Es Mercadal, Es Migjorn y Fornells son los únicos bancos con oficina abierta, si bien Bankia compartía los horarios de apertura al público en las dos últimas poblaciones. De las dos sucursales, lo probable es que quede solo una en los tres casos, de acuerdo con los planes de la nueva compañía que llegan además en un contexto de crecimiento de la banca digital y el goteo de cierre de oficinas en los últimos años.

Es Castell cuenta con mayor volumen de población, 7.500 habitantes, un factor que juega a favor de mantener las dos oficinas. En contra, un menor peso industrial y empresarial, que es el que más necesita el apoyo bancario presencial.

Uno de los profesionales de la banca consultado ayer apostaba a que lo más probable es que solo quede una para que el servicio no quede desabastecido y que se respeten las condiciones de cada cliente con su banco anterior hasta que haya unificación plena de los sistemas de ambos.

La misma situación podría vivirse en Sant Lluís, donde el Santander mantiene un agente financiero que cubre la operativa de esta entidad y rompe así el monopolio sobrevenido en las anteriores poblaciones mencionadas. Su mayor actividad económica podría incidir a favor de mantener las dos oficinas.

Sant Climent es otra población que hasta hace unos años había gozado de dos sucursales, pero el cierre del Banco Popular tras su compra por el Santander, ha dejado de facto solo a Caixabank.

La desaparición de la marca Bankia es probable que tenga consecuencias también en Ferreries, Alaior, Maó y Ciutadella, donde se mantienen sucursales de otros grandes bancos. La nueva entidad podría valorar llevar a cabo otro reajuste para reducir el número de oficinas.

En cuanto a la plantilla nada se ha avanzado salvo que el reajuste será inevitable. Falta la negociación sindical y se han de tener en cuenta las condiciones impuestas por la CNMC encaminadas a evitar la exclusión financiera, más grave ahora que el monopolio.