El santuario de la Mare de Déu del Toro acogió ayer la Eucaristía por la patrona de Menorca, que presidió el obispo Francesc Conesa Ferrer.

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El obispo de Menorca, Francesc Conesa, advierte que «haber detenido la actividad económica durante tanto tiempo tendrá unas consecuencias muy grandes, provocará el cierre de empresas, la pérdida de muchos empleos y la consiguiente falta de recursos para muchas familias».

Refiriéndose a Menorca manifiesta que «en nuestra Isla puede ser muy grave, porque un verano sin apenas turismo traerá un largo invierno de dificultades para muchas personas». El pastor de la diócesis expone que «todo ello nos invita a ser solidarios, a trabajar para que crezca la riqueza de nuestra tierra y a no desatender el clamor de los más pobres». El prelado efectuó estas afirmaciones ayer tarde, en el santuario de la Mare de Déu del Toro, durante la Eucaristía oficiada con motivo de la festividad de la patrona de Menorca que se celebró a puerta cerrada, pero fue emitida en directo a través del canal Youtube del Obispado de Menorca.

Iniciativas a favor de los débiles
«Esta crisis -expuso- nos ha hecho ser más conscientes de que todos formamos una gran familia, de que la humanidad entera es una familia en la que unos dependemos de los otros».

El obispo Conesa subrayó que «sin la ayuda y colaboración de todos no se puede vencer la covid-19» e invitó a «abrir caminos de fraternidad entre los hombres, en lugar de levantar muros entre nosotros». En esta homilía pronunciada ante la imagen de la patrona de Menorca señaló que «como cristianos nos vemos en la obligación de apoyar e impulsar todas las iniciativas a favor de los débiles», y explicó que la diócesis de Menorca ha creado el ‘Fondo de solidaridad post covid-19', y hay otras actuaciones que valoramos y también apoyamos.

«Hemos de ser más sensibles al sufrimiento de los más vulnerables; no podemos darles la espalda ni abandonarlos a su suerte», insistió Conesa Ferrer. Dijo que «tampoco sería justo que nos cerráramos en nuestro pequeño mundo, porque más allá de nuestras fronteras hay mucha gente que sufre. Indicó que «en estos días de pandemia muchos menorquines han invocado a la Mare de Déu del Toro, han sentido su compañía y gozado de su consuelo. Esperemos que pronto podamos visitarla en su santuario».