El diseño arquitectónico de Santa Rita fue elaborado por el arquitecto Manuel Ocaña cuyo proyecto ha recibido varios reconocimientos y es estudiado en escuelas y universides | Josep Bagur Gomila

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Santa Rita ha cumplido esta semana once años funcionando a pleno rendimiento. El centro que inició su andadura con 54 plazas alcanza hoy las 90 —de las cuales 81 son residenciales y nueve de uso temporal— y tiene otras 20 de centro de día. Un aumento insuficiente para dar respuesta a las 50 personas que todavía tiene en lista de espera. En el conjunto de Menorca hay 360 personas pendientes de acceder a alguna residencia geriátrica.

El espacio cuenta con un total de 75 trabajadores encargados de hacer que este tránsito sea más llevadero y destaca por sus instalaciones ajardinadas, con un diseño arquitectónico ganador de varios premios que «a menudo atrae a estudiantes y arquitectos», asegura Esther García de León, gerente del centro desde hace ocho años. Al mismo tiempo, «es un centro con salas polivalentes y sin barreras arquitectónicas», explica, «todas las habitaciones están en planta baja y tienen acceso directo a los jardines», lo que hace más sencilla la vida de los mayores.

El aumento de plazas en el sociosanitario de Santa Rita no ha bastado para cubrir la carencia de 50 dependientes que lo han seleccionado como primera opción, 39 que lo han seleccionado como segundo centro y 22 que no han seleccionado centro pero que también podrían acabar en Santa Rita.

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