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Entre 50 y 60 personas se concentraron este lunes por la tarde en la Plaça Constitució de Maó para protestar contra la sentencia de ‘la manada' de Manresa, un grupo no muy numeroso y una manifestación que se preveía breve y tranquila, pero que vivió unos momentos tensos debido a que la Policía Nacional pidió a algunos asistentes que se identificaran. El motivo es que la protesta no había sido autorizada ni comunicada a la Dirección Insular de la Administración General del Estado y los agentes reclamaban que los organizadores se hicieran responsables o que la concentración se disolviera y volviera a convocarse siguiendo el procedimiento legal. Ninguno de los presentes quiso identificarse y asumir el protagonismo de la convocatoria, que había rodado por las redes sociales, compartida por diversos colectivos feministas, y que de hecho se repitió en hasta 40 ciudades españolas bajo el hashtag #BastaYadeJusticiaPatriarcal y con consignas como «No es abuso, es violación».

La misma que corearon muchas de las mujeres que acudieron este lunes a la Plaça Constitució y que repitieron cuando los policías intentaban identificar a alguien que asumiera la convocatoria de la concentración. Una situación un tanto absurda que desvió la atención del verdadero motivo de la manifestación: una sentencia sobre una violación grupal a una menor cuya condena la Audiencia de Barcelona ha fijado por abuso y no por agresión sexual. Antes del episodio con los agentes, una de las jóvenes asistentes, Maria Gutiérrez, explicaba su opinión al respecto. «Una vez más tenemos una sentencia por abuso y no por violación, seguimos con una tipificación en el Código Penal en la que lo determinante es la violencia no el consentimiento». Y aludía esta manifestante al Convenio de Estambul sobre violencia contra la mujer, ratificado por España, en cuyo articulado se recoge como violación los actos sexuales no consentidos.

Finalmente la concentración se transformó en sentada en el centro de la plaza peatonal y la concejala Laia Obrador, que se encontró con la protesta –no hubo presencia de políticos–, realizó algunas gestiones teléfonicas con el alcalde que al parecer dieron resultado: no hubo más presencia policial.

Por otro lado, en Ciutadella también hubo concentración en la Plaça des Born, pero menos numerosa, poco más de veinte personas, sosteniendo una pancarta en contra de la sentencia y con el mismo eslogan «No és abús és violació». Allí también la Policía siguió la protesta pero desde el otro lado de la plaza y no se registró ningún incidente.