Las piedras y baches a lo largo de todo el camino obligan a los vehículos a reducir la velocidad y a ir esquivando los «obstáculos». La peor parte llega en la última curva | Josep Bagur Gomila¶

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La historia se repite, pero las condiciones cada vez son peores. El Camí de Binimel·là sumará otra temporada con baches de por medio que, este año, son especialmente pronunciados en algunos tramos.

Los cerca de dos kilómetros de tierra de este sendero representan la única opción de acceder por tierra a las playas de Binimel·là y Cala Pregonda, siendo esta última una de las más concurridas de la Isla y una visita obligada para la mayoría de turistas.

Esta popularidad hace que miles de vehículos circulen por el camino cada temporada y los convierte en la principal causa de erosión de su firme, por delante de otras causas naturales como podrían ser las lluvias o el viento.

Así, y empezada ya la segunda quincena de julio, el estado del Camí de Binimel·là presenta grandes deficiencias que obligan a los usuarios a conducir con precaución para no dañar los vehículos que conducen.

El tramo en peores condiciones llega en la última curva antes de llegar al principio del aparcamiento, donde los baches, todavía más profundos, hacen el paso casi imposible. Muchos conductores prefieren esquivar esta secuencia de altibajos, por lo que el espacio del camino se ve reducido.

Sobre esta situación el alcalde de Es Mercadal, Francesc Ametller, indica que desde el Ayuntamiento se han llevado a cabo varias actuaciones puntuales con el objetivo de adecuarlo mínimamente y facilitar, así, el tránsito de vehículos.

Según las cuentas que lleva el propietario del restaurante de la zona, Eduardo Pascual, se ha arreglado el camino un total de ocho veces durante los últimos treinta años e indica que la última vez que se acondicionó fue hace ya tres años. Asegura, también, que el restaurante ha contribuido económicamente en la mayoría de ocasiones.

Sin solución definitiva

Ametller aclara que estos trabajos han consistido en depositar revuelto en el suelo para equilibrar las zonas con más desniveles y que, estos, tienen un resultado limitado ya que la erosión, con los años, vuelve a dejar el camino en mal estado.

De ahí que para resolver estas deficiencias a largo plazo sea necesaria otro tipo de actuación que permita que las buenas condiciones de este acceso a la costa perduren en el tiempo.

De hecho, la pavimentación del camino ya se ha anunciado más de una vez (la última en 2017) sin que nunca se haya llevado a la práctica. La falta de iniciativa en este sentido, responde a las dudas de titularidad que existen sobre el Camí de Binimel·là.

Ametller declara que su ubicación implica a varios propietarios y que sigue sin determinarse a quien le corresponde realizar las actuaciones necesarias para acabar con esta situación. La misma, añade, que se produce con el camino de Cala Tirant. «El camino de Binimel·là genera dudas sobre su titularidad y no está claro a quien lo corresponde actuar», comenta.

En este sentido, Ametller recuerda que el Consell ha realizado actuaciones similares en vías cercanas (como el Camí de Tramuntana) con el mismo objetivo de mejorar el acceso a la costa y no descarta un proyecto a medias, tal y como ya se planteó hace años.

Para resolver este conflicto de titularidad, Ametller hace referencia al catálogo municipal de caminos rurales, ahora en proceso de finalizarse y aprobarse, que podría definir a quién pertenecen las competencias de este camino.

Mientras tanto, entrar y salir del parking de Binimel·là continuará siendo una tarea difícil para los usuarios de la misma playa de Binimel·là o de Cala Pregonda.

Algunos turistas comentaban ayer que su mayor preocupación mientras circulaban por el camino era el coche de alquiler y, que por ello, habían conducido lo más despacio posible. Otros locales, más críticos, lamentaban que después de tanto tiempo no se haya puesto remedio a la situación del Camí de Binimel·là, a pesar de ser uno de los más concurridos durante el verano.