La plantilla de Llevant de FCC no reforzará Ciutadella por Sant Joan

Hoy están convocados en asamblea los trabajadores de FCC en Ciutadella; ayer sus compañeros de los otros cuatro municipios más los operarios de playa decidieron por una aplastante mayoría, 81 votos de los 84 asistentes a la reunión (el 99 por ciento de la plantilla según los sindicatos) que no aceptaban las condiciones de la empresa de firmar el convenio a cinco años solo con la actualización del IPC y dejar la cuestión del incremento salarial para 2021, cuando se diriman las nuevas contratas de la recogida de basuras y limpieza viaria, ya que hay adjudicaciones que acaban y también se avecinan novedades en la recogida selectiva.

Esa es una cuestión que preocupa a los empleados de FCC, ya que en 2021 cambiará el sistema de recogida de sólidos y se obligará en Balears a seleccionar la materia orgánica. A día de hoy los representantes de los trabajadores (en FCC hay presencia de CGT, USO, CCOO y UGT) aseguran que desconocen cómo se va a gestionar ese cambio y cómo les va a afectar. En principio la recogida de basuras quedaría a cargo del Consell y la limpieza viaria en manos de los ayuntamientos pero los trabajadores reclaman «que nos expliquen con claridad cómo lo van a gestionar», señaló ayer el representante de CGT, Carlos Victori. A ello se añade la finalización de las contratas en distintos municipios, lo que les lleva a pensar que si hay cambios en las adjudicaciones y se mancomunan servicios haya más recortes de personal y pérdida de derechos adquiridos. La plantilla de FCC arrastra unos años de conflictividad. En 2017 ya amenazaron con una huelga para conseguir la subida del IPC de 2016 después de años de congelación salarial. Son diez años sin subida de sueldo, lamentó Victori, para retribuciones brutas que sumando salario base más pluses llegan, de media, a 18.000 euros repartidos en quince pagas. Los trabajadores exigen ahora el convenio a cinco años y la subida total en ese periodo del 20 por ciento, para cubrirse así de los cambios en 2021. «Dan el servicio público de limpieza a empresas privadas, con un chorro de millones y se presupone que lo cumplen, pero los barrios crecen, hay más papeleras, más contenedores y el mismo personal», lamenta Victori.