La sobrecarga de trabajo en la tramitación de cédulas que denunció Es Mercadal ha sido generalizado en todos los municipios. | Gemma Andreu

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Ha arrancado la temporada turística y muchos propietarios de viviendas que quieren incorporarse legalmente al negocio turístico siguen a la espera de los trámites necesarios para conseguir licencia y podrían ver pasar de largo la oportunidad alquilar su casa a turistas este año. Las gestiones para lograr la cédula de habitabilidad, en aquellos casos en los que el documento se ha perdido o no existe, se revela como el principal escollo ya que entran en juego dos administraciones, los ayuntamientos, que deben emitir informe, y el Consell.

La situación denunciada por Es Mercadal, en el que existe un retraso en la certificación de la cédula de habitabilidad de alrededor de seis meses (en estos momentos están informando solicitudes del último trimestre del año pasado) no es aislado. Desde el Ayuntamiento de Ciutadella aseguran que, aunque la situación ha mejorado, a raíz de la aprobación de la zonificación a finales de julio del año pasado, se han vivido momentos «muy malos», con un atasco incluso mayor que el de Es Mercadal. Existía un retraso de siete meses para dar respuesta a las solicitudes.

Ahora el papeleo se ha agilizado gracias a la cobertura de una vacante en el departamento de Urbanismo, lo que le ha permitido reducir la espera considerablemente. En estos momentos se están informando solicitudes entradas en el mes de febrero. En mejor situación está Maó, que está informando ahora sobre cédulas de habitabilidad solicitadas a mediados del mes de marzo.

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Efecto llamada

La sobrecarga de trabajo que ha provocado el fin de la moratoria de licencias y el requisito de la cédula de habitabilidad ha sido generalizada en todos los pueblos de la Isla, en los que se acumulan decenas de solicitudes. El concejal de Urbanismo de Ciutadella, José López, explica que se ha producido un efecto contagio que ha hecho que corriera incluso el rumor de que la cédula de habitabilidad era necesaria para vender la vivienda. En ese sentido, la alcaldesa de Alaior, Misericordia Sugrañes, explica que muchos propietarios «han sido engañados» y creen que la flexibilización de la zonificación introducida en el PTI sería de aplicación este verano.

Sugrañes entiende que la Ley Turística también obliga a los propietarios que ya tienen licencia a aportar la cédula de habitabilidad para seguir alquilando a turistas, aunque desde el departamento de Ordenación Turística del Consell aseguran que la necesidad de la cédula de habitabilidad existe desde la Ley Turística de 2012 y que las licencias solo deben ser renovadas a los cinco años en los edificios plurifamiliares.