Las empresas acumulan una gran cantidad de coches a repartir entre menos turistas. Ha bajado la ocupación. | Javier Coll

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Las pequeñas empresas de alquiler de vehículos sin conductor se benefician de una porción cada vez más reducida del pastel. La irrupción en la Isla de grandes compañías, la mayoría multinacionales, está forzando a los negocios locales a disminuir sus flotas y acortar las plantillas, en otras palabras, a hacerse cada vez más pequeñas para sobrevivir en un entorno altamente competitivo en el que tienen poco margen de maniobra para luchar contra gigantes del sector que están mejor posicionados en internet y en el mercado de paquetes vacacionales y que disponen de mucha más capacidad para jugar con los precios y con el volumen de la oferta.

La última encuesta entre las empresas inscritas en la Asociación Empresarial Menorquina de Alquiler sin Conductor, que agrupa a más de 40 pequeños y medianos negocios locales, revela que la inmensa mayoría, el 84,2 por ciento, sufrió en julio un descenso de la facturación en relación al año pasado y no es una situación nueva: «Las multinacionales nos han comido el terreno», admite Joana Capó, la presidenta de la patronal, quien señala las similitudes con el sector comercial: «Es como el caso de las grandes superficies y el pequeño comercio».

La llegada de una enorme flota de vehículos desde la Península, la capacidad de estas grandes empresas de posiconarse en internet, la captación de clientes con una «publicidad engañosa en que el precio que se oferta no coincide con el que realmente pagan los turistas» y la posibilidad de hacer enormes ofertas fuera de temporada son los factores a los que apunta Capó para explicar la situación.

Se cumple una década desde que la asociación puso en marcha su propia central de reservas y aunque cada año crece el número de usuarios, el sector admite que «no es la solución». ¿Cuál es entonces? Capó explica que hace algunos años cerraron empresas y que ahora «la salida está siendo reducir la flota y el número de empleados», además de apostar por «la calidad del servicio» ante la insatisfacción que generan las malas prácticas de algunas grandes compañías.

Aseguran que competir en precio resulta imposible: «No pueden bajar más, son los mismos que hace ocho años», afirma, mientras subraya que las grandes son capaces de ofertar coches por diez euros al día fuera de los meses punta: «Perderíamos dinero», advierte Capó cuando teoriza sobre la posibilidad de entrar al trapo de esas agresivas campañas comerciales.

Por su parte, Antoni Masferrer, presidente de la Asociación Balear de Empresas de Alquiler de Vehículos son Conductor (Baleval), que agrupa a 16 grandes empresas de ‘rent a car', describe la marcha de la temporada como el efecto consecuente de la ley de la oferta y la demanda: «Hay algo menos de turismo con el mismo número de coches que el año pasado (afirmación que circunscribe al terreno de la elucubración porque –destaca– no existe control suficiente para saberlo). «El resultado es lógico, el precio ha bajado». La conclusión es que la temporada, también para las grandes empresas, es «peor que el año pasado». La prueba está en la gran cantidad de vehículos sin alquilar que se han acumulado en los aparcamientos de las compañías este agosto.