La Vall o El Pilar, algunas de las etiquetas en los recipientes.

TW
28

Recoge arena de diferentes playas de Menorca, la coloca en pequeños recipientes de cristal, les pone una etiqueta de la cala que corresponde y la vende junto a collares y conchas. Sus productos han sido detectados en diferentes mercadillos ambulantes de la Isla desde el inicio de la temporada, en concreto, desde el mes de junio.

La actividad, estrictamente prohibida por la ley, ya ha sido denunciada en otras ocasiones en Mallorca y ahora, se ha localizado un caso en Menorca. La vendedora había conseguido pasar desapercibida hasta el momento, pero un artesano menorquín, habitual de los mercadillos artesanos y nocturnos ha denunciado la práctica.

De todas formas, parece ser que la persona que la llevaba a cabo, no tenía mucha intención de ocultarlo ya que promocionaba sus elaboraciones con arena en su cuenta de Instagram. Sin embargo, dicha cuenta ha sido eliminada recientemente.

Según cuenta el artesano a «Es Diari», la comerciante fue vista por primera vez en el mercadillo de Es Mercadal, y últimamente, en los de Maó, Es Castell y Alaior.
Al parecer, este le habría avisado de que la práctica que estaba llevando a cabo era ilegal, algo que no le impidió seguir vendiendo la arena. Asimismo, el Ayuntamiento de Es Mercadal al conocer la situación también le dio un toque de atención, por lo que no ha vuelto a aparecer en el mercadillo del municipio. Además, algunas fotografías de su parada fueron difundidas a través de Facebook algo que alarmó y disgustó a muchos usuarios.

Freno
La arena no es el único material que vende en su parada. Como aparecía, también, en su Instagram realiza collares con las conchas y también los vende.
Todo lo que suponga la sustracción de cualquier tipo de material natural de las Isla se encuentra estrictamente prohibido, tal y como se especifica en el Reglamento General de Costas. No obstante, las facilidades logísticas para transportar algo tan fino como la arena facilita que un negocio de estas características se lleve a cabo sin demasiadas complicaciones.

Asimismo, el demandante asegura que con esta práctica la vendedora está consiguiendo elevadas cantidades económicas. Ahora depende de las administraciones al corriente actuar para frenarlo.