Denuncian el mal estado de un apartotel en Ciutadella | José Rodríguez

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Falta de limpieza general, rincones con telarañas, un olor a humedad «irrespirable», mal estado de los colchones, armarios sucios con barras desconchadas, óxido en nevera y tendedero, también en las manillas y cerraduras de las puertas, una instalación eléctrica antigua y ni rastro del aire acondicionado que prometía la publicidad.

Estos son los motivos de la queja formulada al Consell por unos turistas procedentes de Málaga que, cuando el pasado día 10 llegaron al apartotel contratado en una urbanización de Ciutadella, se encontraron que su semana en Menorca pasó de ser un sueño a una pesadilla. «El hotel que nos habéis vendido parece una broma de mal gusto, una cámara oculta, pero es la realidad. Esto es cochambroso, da pena, todo lo que os diga es poco», relataba uno de los clientes, José Rodríguez, mediante un mail urgente a la agencia malagueña en la que contrataron sus vacaciones. Sin mencionar que un gato se paseó por su cama la noche de la llegada y que los hijos de una de las parejas sufrieron una gastroenteritis aguda y al día siguiente tuvieron que ser ingresados en la clínica Juaneda hasta el día 12 que obtuvieron el alta. Desconocen las causas, ya que no llegaron a cenar en el aparthotel y lo hicieron en un restaurante de la zona.

Cada familia, formada por un matrimonio y dos hijos, pagó por el paquete a la isla 3.268 euros, calculan que más de dos mil corresponden a la estancia con media pensión en el apartotel que abandonaron a la mañana siguiente de su aterrizaje en Menorca porque «las condiciones eran horrendas». Pasada la una de la madrugada, en su primer día de vacaciones y sin poder dormir, escribían un correo a la agencia y a través de una plataforma on line reservaban otro establecimiento en Cala en Bosc para poder pasar el resto de la semana. Otro desembolso de 2.109 euros por familia más el gasto de desayunar, comer y cenar cada día. La cuenta total del grupo asciende a casi 11.000 euros sin contar con la manutención y los extras, y las ganas de volver son muy pocas, aunque en declaraciones a «Es Diari» comprenden que no es culpa de todo el destino pero su experiencia la definen como «de juzgado de guardia». Han cursado la reclamación en el hotel aunque afirman «ni siquiera preguntaron por qué, parecía que estaban acostumbrados», van a hacer lo propio en la agencia de Plasencia que les vendió el paquete con Travelplan y han formulado su queja formal al Consell. «Creemos que esto hay que divulgarlo porque no hay derecho y da muy mala imagen».