Cuerpo central del complejo, que la empresa admite como no legal.

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Originalmente, en el anteproyecto se llamaron Tamo y Laguna Playa, se construyeron con una licencia provisional sujeta a unas prescripciones que no se cumplieron y con el tiempo se han consolidado en la historia y en el paisaje de Menorca. El informe jurídico sobre el actual complejo hotelero Milanos-Pingüinos encargado por el Ayuntamiento de Alaior a Miquel Ramis d'Ayreflor sostiene dos parámetros que «manifiestamente resultan incumplidos y que determinan que la total obra ejecutada no ha sido legalmente construida».

El primero es el del volmen del edificio, que no se ajusta a la licencia otorgada por la Comisión Municipal Permanente el 18 de diciembre de 1970. Se basa en el dictamen del arquitecto Victorino Tolós Michavilla y está condicionada a que el volumen del edificio en cuestión «no rebase el 0,2 m3/m2».

Según el informe del abogado mallorquín, «la volumetría o edificabilidad ejecutada está muy por encima de los 0,2 m3/m2 autorizados, pues según los planos de 1971 para un solar de 25.060 mestros cuadrados estaría en 2,74 m3/m2», señala. Según el Plan Parcial de 1975, el coeficiente final de edificabilidad se sitúa en 4,02.

Interpreta que la edificabilidad impuesta pretendía una mayor superficie que la citada para poder cumplir ese requisito y, sin embargo, en el proyecto actual aparece fijada en 20.703,28 metros. «Este es el segundo parámetro que manifiestamente se ha incumplido y que determina la situación de ilegalidad de la edificación ejecutada».

Por si fuera poco, la licencia tenía carácter provisional, se indica expresamente que no se puede iniciar la obra hasta obtener el informe de la Comisión Provincial de Urbanismo. Si existiere este, no ha aparecido, razón por la que se ha sugerido verificar en el archivo de la CPU si consta ese informe relativo al anteproyecto de los hoteles. En todo caso, no se ha localizado el documento físico de la licencia constructiva y Meliá Hotels International, a quien se la ha requerido, tampoco dispone de copias de las licencias originarias. Tampoco se ha localizado el certificado final de obra de licencia provisional de 1970. Si bien es cierto que se trata de documentación de hace casi 50 años, resulta clave para determinar la legalidad o no de los edificios.

PGOU del 94

La obra no se ejecutó con legalidad ni, según el informe jurídico, se ha legalizado después. Tuvo sus opciones con el Plan Parcial de 1975 y el Plan General de Alaior de 1994, «que contempla como parámetros los de la situación existente pero sin incremento alguno», pero ello no comporta legalización de oficio. Esta requiere presentar una solicitud y proyecto específicos de legalización y «mientras esto no suceda, el edificio no puede considerarse que haya sido legalmente construido», señala el informe.

Los últimos documentos de la promotora, presentados a instancias del Ayuntamiento y referidos a la petición de licencia de ampliación y modernización del complejo hotelero, datan del 11 de mayo y Ramis d'Ayreflor interpreta que no pueden dar derecho a la obtención de licencia por silencio administrativo. Apela a la prudencia para evitar esa vía, que tiene una vigencia de plazo de tres meses desde la citada fecha, y el Ayuntamiento ya ha anunciado que optará por la suspensión de licencias en la zona del Milanos-Pingüinos.