De momento, el inversor se ha reunido con los técnicos municipales y el concejal de Urbanismo, José López, para interesarse sobre los parámetros urbanísticos de la zona y si habría problemas para reemprender el proyecto, antes de proceder a la compra del edificio. Asimismo, el nuevo promotor también se ha puesto en contacto con el arquitecto que lo diseñó y que también ejerció como director de obras, por si éste estaría dispuesto a reinterpretar el proyecto y volver a dirigir la obra.
De las obras al abandono
La promoción está en un solar de 5.626 metros cuadrados en la urbanización de Sa Coma, entre las calles de S'Ullastre, Sa Sínia y de Santandria. La licencia de obras se concedió en julio de 2007. La promoción se empezó a construir aunque pocos meses después estalló la crisis, llegaron los problemas de financiación y solo ejecutó el 21 por ciento del total.
La promotora inicial fue la empresa murciana Llar Sa Coma S.L., una sociedad cuya actividad consta como promoción de edificios, aunque su objeto social es la adquisición, promoción, instalación, regencia, construcción y explotación de hospitales, residencias y clínicas. El último balance anual que esta empresa entregó al registro mercantil es de 2010, por lo que se entiende que cesó (o paralizó) su actividad.
Llar Sa Coma encargó las obras de construcción a la empresa menorquina Antonio Gomila, que ha seguido vinculada a la promoción. La promotora estaba financiada por la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). Cuando la entidad bancaria cerró el grifo a la promotora, ésta, que aún no había podido vender las casas sobre planos, no pudo hacer frente a las obras y la promoción quedó paralizada, hasta ahora.
La promoción fue a parar primero a la CAM y después con su intervención y posterior venta simbólica al Banco Sabadell, la ha gestionado la inmobiliaria del banco catalán, Solvia. Tenía la promoción en venta, aunque ahora según se puede consultar en su página web que la promoción está «reservada», lo que confirma las gestiones para retomar el proyecto.
En caso de que el inversor quisiera acabar el proyecto tendría que volver a pedir una licencia de obras al Ayuntamiento, ya que está caducada. El equipo de gobierno ha manifestado su interés en que se acabe el proyecto, debido al impacto que genera un mamotreto en obras en esta zona residencial, punto de entrada además a la ciudad desde las urbanizaciones del sur.
5 comentarios
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Curiosa forma de fer doblers, sense tenir ni un duro. Es va al banc per demanar financiació per alzar les vivendes. El Banc la dona fins que els inversos comencin a vendre els pisos sobre planos,. en aquest cas es veu que els posibles compradors no es van refiar dels promotors i aqui es quan el banc diu que prou, consecuencia ? tot el pastel salta pels aires i el "mamotreto" queda per sempre ja que tirar-lo abaix costa també molts doblers. I jo pens, no seria adient que l'ajuntament demanes una fiança a la promotora abans de donar-li la llicencia? pq obrant d'aquesta manera fins i tot jo també podria ser un "promotor", sense possar ni un euro.
Hombre si las viviendas se " aparean" y dan a luz garajes y trasteros a lo.mejor es una maravillosa inversion
Se harán cargo del IBI pendiente de pago...
Mejor sería demolerlo, porque ahora vuelve a representar lo que en su momento representó: la especulación inmobiliaria más pura y más dura, que daña el entorno de manera permanente a cambio de un año o dos de trabajo para unos cuantos. Serán 28 casas que en su mayoría estarán vacias todo el año, y lo que Menorca necesita es industria, producción, y viviendas para maestros, profesores y médicos.
Animo... Haber si de una vez por todas nos quitan de vista este bloque fantasma.... Espero que el ayuntamiento agilice, y sobre todo no ponga trabas, antes de que se arrepientan estos inversores.