Los centros urbanos han invertido su tendencia a la despoblación durante el último año. | Javier Coll

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Los centros urbanos de los municipios menorquines han invertido su tendencia a la despoblación. Después de haber perdido más de 1.600 habitantes desde 2013, en el último año, y a pesar de que el conjunto de la Isla ha registrado un descenso de 431 residentes, el balance de los cascos urbanos es positivo, con 374 habitantes más, una tímida recuperación que contrasta con la caída libre de censados en las urbanizaciones, tanto turísticas como de interior, que han perdido otros 785 empadronados y en los últimos cuatro años ya acumulan una hemorragia de 2.662.

Ciutadella, Maó y Alaior protagonizan la recuperación de habitantes en los centros urbanos de la Isla en el último año, entre los tres ganan 457. La ciudad de Ponent, que ha sumado 239, es el termómetro del cambio de tendencia, mientras que la de Llevant y Alaior ya iniciaron esa senda en 2016, al igual que Ferreries. En el otro lado de la balanza se sitúa Es Mercadal, que sigue perdiendo habitantes al mismo ritmo que el año anterior. La población de Es Castell continúa precipitándose, pero ha frenado notablemente la caída. Tan solo Es Migjorn ha acelerado el derrame poblacional.

Los datos anuales de población por zonas de residencia que ha hecho públicos el Institut d'Estadística de Balears (Ibestat) revelan, como vemos, diferencias entre los cascos urbanos de los distintos municipios, pero marcan una tendencia mucho más uniforme en el caso de las urbanizaciones, con la única excepción de Alaior, que el año pasado empezó a recuperar población en sus zonas urbanas aisladas, principalmente en las turísticas, Sant Jaume, Son Bou y Cala en Porter.

Las urbanizaciones

En el resto de municipios, pese a las diferencias entre zonas, el balance es negativo para los núcleos urbanos aislados, aunque en el caso de Ciutadella se empieza a intuir una desaceleración de la pérdida de población en las zonas turísticas. En 2016 perdió 284 habitantes y el año pasado solo 47. Los municipios paradigmáticos de la despoblación de las urbanizaciones son precisamente los que cuentan con mayor porcentaje de población viviendo fuera de los cascos urbanos, Es Mercadal y Sant Lluís, las zonas turísticas de las cuales han perdido 269 y 347 censados respectivamente. En el caso de Sant Lluís se intuye un levísimo trasvase de población hacia el pueblo (23 más), pero en Es Mercadal la pérdida de habitantes es general.

Las urbanizaciones que mejor representan esa pérdida de presencia de personas son Na Macaret (Es Mercadal), donde en un año se registra una caída del 37 por ciento; y Binibèquer Vell y Binibèquer Nou (Sant Lluís, con descensos del 15 y el 16 por ciento respectivamente). Sorprende también la caída de personas que residen todo el año –o que al menos están censados– en Sant Tomàs (Es Migjorn), que ha pasado de contar 86 a solo 66, un descenso del 23,2 por ciento.

Tras los cambios del último año, actualmente los habitantes de Menorca se distribuyen en el mapa (véase en detalle en el cuadro adjunto) de tal forma que 68.686 menorquines, el 75,3 por ciento del total, residen en los pueblos, 16.713 lo hacen en las urbanizaciones y núcleos urbanos, el 18,3 por ciento, mientras que 5.771 viven en el campo o en zonas consideradas rústicas, el 6,3 por ciento tras una pérdida de 20 habitantes en un año.