Héctor Pons, Conxa Juanola y Jordi Tutzó

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Los presupuestos de Maó de 2018 muestran un tono expansivo, coherente con la progresiva recuperación económica, contemplan 36,6 millones en el capítulo de ingresos y 36,03 en el de gastos. Los impuestos y las tasas no sufren variación, el IBI mantiene mantiene el tipo del 0,67 y no habrá cambios en el recibo del contribuyente, que se situará en los niveles de los años 2008 a 2010, según ha explicado el teniente de alcalde de hacienda, Jordi Tutzó.

En cuanto al presupuesto de gastos, la alcaldesa Conxa Juanola ha destacado las partidas sociales, que se llevan el 30 por ciento incluiyendo educación, cultura y deportes, y las vinculadas a medidas de reactivación económica. El endeudamiento se reduce hasta el 23,7 por ciento, se situará en 5,3 millones salvo que se haga efectivo un préstamo de 2,5 millones contemplado en los presupuestos.

La inversiones destinan 1,3 millones a reformas de calles y urbanización, apartado que incluye el proyecto en marcha en el antiguo cuartel de Santiago. Además figuran las obras del ascensor del Parc Rochina, con una aportación municipal de 413.000 euros, y la planta desnitrificadora, 625.000 euros, que serán financiados con los fondos del Impuesto de Turismo Sostenible. El teniente de alcalde Hèctor Pons ha resaltado la marcada vocación inversora de las cuentas municipales para 2018.