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La Fundación Neuro-Desarrollo y Movimiento (Nemo), entidad que apoya y orienta a las familias de niños con diversidad funcional, nació del impulso privado, sin ánimo de lucro y después de que unos padres, Gregorio Codolá y Leonor Félix, afrontaran las dificultades e incertidumbres de criar a su propio hijo, con necesidades especiales. Con sede en Mallorca, se presentó hace escasamente dos semanas en sociedad y ahora su presidenta, Leonor Félix, quiere extender a los niños y las familias de Menorca, su isla natal, las oportunidades que la entidad ofrece para que los pequeños desarrollen todo su potencial. Este viernes, a las 18.30 horas, expondrá en el centro polivalente Carlos Mir de Maó, las características de un proyecto que en Mallorca ya cuenta con la implicación de 90 familias y que busca también llegar a los padres de Menorca.

«Para mí era difícil aceptar el ofrecer todo este apoyo en Mallorca y como menorquina no hacerlo aquí», explicó Félix, quien tuvo la oportunidad de ser la primera madre que viajó a Estados Unidos para que su hijo siguiera un tratamiento basado en el Anat Baniel Method, lo que propició que otras familias siguieran sus pasos.
Nemo surgió de compartir experiencias entre familiares y profesionales, y costó cuatro años de trabajo. Sus pilares son el Centro Nemo de neurorrehabilitación, que apuesta por el potencial de cada niño; la Plataforma Nemo para padres que quieran compartir sus experiencias y recibir asesoramiento para acceder a ayudas y subvenciones; y las Becas Nemo, cuyo objetivo es que el dinero no sea un obstáculo para que los niños puedan acceder a los tratamientos.

La Fundación comenzó a recibir peticiones de información no solo de Mallorca, sino también de las otras islas. Menorca especialmente ha vivido problemas con la falta de fisioterapeutas y algunos padres denunciaron recientemente que han estado medio año sin fisioterapeuta para sus hijos, con necesidades especiales, en Ciutadella. «Por la situación real que yo vivo y conozco sé que es gravísimo que un niño esté meses sin rehabilitación», afirma Félix.

La presidenta de Nemo añade que familias menorquinas preguntaban a su fundación si podían asistir a su centro de neurorrehabilitación de Palma para seguir tratamientos intensivos, o realizaban solicitudes de apoyo y asesoramiento a través del perfil en redes sociales de la entidad. Conocedora de la realidad que se vive en Menorca, cree que «falta una visión multidisciplinar» en la rehabilitación de los niños con necesidades especiales. Nemo también se apoya mucho en la tecnología. «El sistema relacionado con la diversidad está obsoleto», asegura Félix, «el soporte tecnológico ni está contemplado, y estos niños pueden mover el cursor de un ordenador con los ojos».

Sobre la financiación y las becas, aclara que Nemo se creó con fondos privados y que ahora busca el apoyo del Govern, además de nutrirse de la recaudación de todo tipo de eventos y de donaciones particulares.