Junio, 1977. Imagen de un mitin político en Maó de las primeras elecciones democráticas con la intervención del histórico dirigente Antonio Casero, justo dos meses después de la legalización del PCE | Javier Coll

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Seis militantes menorquines del Partido Comunista de España han decidido relanzar esta histórica marca política con la creación de la agrupación de Menorca. El partido no había desaparecido pero había quedado inactivo durante muchos años en la Isla.

Integrado desde finales del siglo pasado en Izquierda Unida y desde hace un año en Unidos Podemos, el Partido Comunista de España había quedado prácticamente diluido en las aguas políticas que rodean al PSOE por la izquierda. Aquel histórico emblema de la hoz y el martillo también ha desaparecido de la imaginería política de hoy o se ha convertido en una insignia para nostálgicos. Cayó el muro Berlín, desapareció la URSS y la teoría comunista también cayó en desgracia en el mundo occidental al quedarse sin sitio en una liga dominada por el liberalismo y la socialdemocracia.

Nuevas organizaciones apelan a aquella doctrina y quienes no abandonaron la militancia se han sentido más legitimados a la recuperación del partido. «Tratamos de reorganizar la agrupación después del parón de muchos años», explica Sergio Loris Bassecourt, el responsable de redes y comunicación del grupo. «Siempre hemos estado en el seno de IU, ahora tratamos de recuperar nuestra personalidad dentro de la coalición», añade.

Ello no implica disconformidad con la estrategia electoral que sigue desde hace décadas el PCE a través de coaliciones más amplias, aunque admiten discrepancias entre los militantes comunistas. Pero por encima de esas diferencias, «somos partidarios de un gran frente popular, de reforzar nuestra posición para ganar las elecciones», afirma el portavoz menorquín.

Entre la media docena de militantes destaca la veteranía de Ramon Carreras, de larga trayectoria en el mundo sindical, y la figura que, de hecho, ha mantenido viva la llama del Partido Comunista en Menorca durante las décadas recientes, caracterizadas por una larga travesía del desierto. Ana Correa es otra de las componentes de la agrupación.

La nueva formación está en fase incipiente y no dispone de local, por lo que usa el de Izquierda Unida y de momento se orienta a la organización de actividades con las que darse a conocer y fortalecer la agrupación.