Quince años de cárcel y 36 de inhabilitación para empleo o cargo público es la petición que plantea el fiscal para Llorenç Brondo en su escrito de conclusiones sobre el caso Citur.
Pedro Horrach le imputa delito continuado de prevaricación, en concurso medial con el delito continuado de malversación de caudales públicos, en concurso medial con el delito de falseda documental, que parcialmente suponen una petición de 8 años de prisión y 20 de inhabilitación. A esa petición suma 3 de prisión por delito continuado de fraude a la administración y 10 de inhabilitación. Añade 4 más de prisión, multa de 24 meses a razón de 10 euros diarios y 6 años de inhabilitación por el delito continuado de infidelidad en la custodia de documentos.
El exconcejal de turismo Gabriel Cardona y el exteniente de alcalde Avel·lí Casasnovas reciben el mismo trato, idéntica acusación y la misma petición de pena.
Entre los empleados públicos, el más penalizado en las conclusiones de la Fiscalía es Santiago Saura Pradas, asesor jurídico y se cretario del Ayuntamiento de Ciutadella. Para él también solicita 15 años en total.
Son elevadas igualmente las peticiones de pena para los empleados municipales «que actuaban a las órdenes de Brondo, Casasnovas y Cardona». Solicita 11 años de cárcel y 15 de inhabilitación para Sara Ester Allés, técnico de administración general; Soledad Navarro, técnico de turismo; y José María de Simón Chueca, asesor jurídico del Ayuntamiento encargado de redactar los pliegos de cláusulas administrativas en los procedimientos negociados sin publicidad y de realizar informes jurídicos para garantizar el cumplimiento de la legalidad.
Maria Teresa Bagur, auxiliar administrativa del área del Turismo es la empleada que sale mejor parada en el escrito del fiscal, quien pide para ella 4 años de prisión, multa de 24 meses con una cuota diaria de 10 euros y 6 años de inhabilitación.
Los dos empresarios acusados en esta trama en la que aparecen implicadas 13 personas reciben peticiones de 9 años de cárcel y 15 de inhabilitación Javier Liy, titular de las empresas adjudicatarias de los proyectos, y de 6 Juan Manuel Mercadal por una adjudicación considerada fraudulenta.
Para los tres restantes acusados en el caso de la empresa turística de Ciutadella, el ingeniero Daniel Aguiló y las concejalas Antònia Gener y Antònia Salord, las solicitudes de pena son 9 años de privación de libertad más inhabilitación y, por lo que respecta a las dos exregidoras, multa similar a la solicitada para el excalde, 24 meses a razón de 10 euros diarios.
Medio millón de indemnización al Ayuntamiento por 31 hechos delictivos
Además de las peticiones de prisión, el escrito de conclusiones indica que los acusados indemnizarán al Ayuntamiento en concepto de responsabilidad civil, «conjunta y solidariamente», por una cantidad global de 522.773 euros. Ese montante se desglosa en dos apartados, relacionados con los hechos delictivos descritos en las conclusiones del fiscal.
El primer bloque asciende a 339.197 y responsabiliza de ella a Gabriel Cardona, Llorenç Brondo, Avel·lí Casasnovas y Javier Liy, si bien en cantidades parciales la responsabilidad se comparte además con algunos de los empleados municipales que también aparecen en la acusación.
Del segundo apartado, cuya suma asciende a 183.576 euros, se responsabiliza a Llorenç Brondo, Antònia Salord, Antònia Gener, Gabriel Cardona y Juan Manuel Mercadal, y al igual que en el primer bloque la aportacion «solidaria» incluye a empleados municipales. En la pormenorizada relación de los hechos, en los que testificaron más de veinte personas, el fiscal enumera hasta 31 hechos delictivos.
32 comentarios
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Ja, ja, ja, ja... Eso de "por firmar un papel 15 años de prisión", es tan simplón, falso y reduccionista que casi mueve a risa. Nadie va a la carcel por firmar un papel, claro que por firmar montones de papeles adjudicado redacciones de proyectos por 7, 8 y hasta 9 veces más de lo que cuestan, por firmar papeles falseando la verdad para y encargar estudios o informes innecesarios para "regalar" dinero pagado con el sudor de los contribuyentes a empresas de los "amigos", por firmar papeles amañando adjudicaciones a favor de determinada empresa, por firmar papeles para pagar páginas web que no se hicieron y otros servicios que no se prestaron, por falsificar papeles, manipular, destruir y borrar papeles o decretos cuando se vieron pillados, por firmar papeles a montones para malversar caudales públicos, por firmar montones de papeles para robar al pueblo en una palabra, sí que se puede y se debe terminar en la cárcel unos cuantos años. Y eso tiene un nombre: Justicia.
A tal sociedad loca e incomprensiva hemos llegado que firmar un papel significan 15 años de prisión, eso es, lo mismo que matar a un hombre. Vergüenza de justicia.
Y como es que el Cardona ya no cuenta fábulas? Se ve que se le han pasado las ganas y ya es hora de dejarse de cinismos porque se acerca el momento de pasar cuentas con la Justicia y reparar el perjuicio causado a todos los ciudadanos de Ciutadella.
Als funcionaris imputats els durà a sa presó sa pura supèrbia passejada com si fóssin semidéus!ningú els plorarà a sa feina,a ells no els importava ningú què no fóssin ells!bones persones no ho eran,no,i bons treballadors se ha vist què tampoc...
¿I el interventor?.
Li extranya a qualqú que el sr sentido comun no digui res per aquí? Se li nota massa de quin bàndol és.
i noltros com a botxos que seguirem votant al PP.
Joan Bagur: si se hubiera demostrado que eran inocentes, ahora el fiscal no les pediría quince años. De otra parte, puede que te quedes a gusto y pienses que defiendes a la derecha “pepera” cuando atribuyes a la izquierda radical hacerlo peor, pero eso -en el contexto que nos ocupa- es sólo una forma de “sostenella y no enmendalla” y acredita, lejísimos de los valores de la derecha, la mezquindad de quienes sois su desprestigio.
Quina colla! vergonyós que arribesin a comandar Ciutadella gent així.
Encara hi ha una petitíssima minoria que cerquen excuses per intentar disculpar aquest tipus de coses. A veure si s'assabenten d'una vegada que el que volem el 99,5 per cent restant que som pràcticament tot el poble és tolerància zero amb la corrupció, els corruptes i els seus còmplices.