Misericordia Sugrañes, Aurora Herráiz, Pere Oleo y el voluntariado de Caritas de Alaior | Javier Coll

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El Ayuntamiento de Alaior tributó este lunes un emotivo homenaje a la delegación local de Caritas, con motivo de su 50 aniversario, en el marco del acto institucional de las fiestas patronales de Sant Llorenç. El acto contó con la asistencia del consistorio en pleno, representantes de Caritas de Alaior y un numeroso público que llenó la sala de plenos y la de actividades ciudadanas.

Aurora Herráiz glosó la trayectoria de la delegación local de Caritas, cometido que realizó en calidad de voluntaria que fue de la entidad eclesial durante 16 años. Herráiz rememoró sus inicios como trabajadora social en Caritas en 1994 de la mano de Sor Enriqueta, su implicación con la entidad que le llevó a ocupar el cargo de subdirectora, hasta que cesó en su labor de voluntariado en 2010.

Herráiz señaló que a lo largo de estos años colaboró con todas las delegaciones de Caritas en la Isla y -afirmó- «pude emocionarme de la inmensa humanidad, de la tremenda generosidad, del increíble cariño, con que te regalan todas las personas que conforman este milagro de Vida, con mayúscula, que es Caritas».

Herráiz destacó que Caritas era un ejemplo de convivencia de personas de diferentes talantes políticos y sociales, como es el caso en Alaior del edil del PP Juan Cardona y el histórico sindicalista de CCOO Modesto Giménez. Una nueva etapa de expansión para Caritas en Alaior se inició bajo la dirección de Tomás Sintes, así como el nacimiento del Comercio Justo, gracias al esfuerzo de la profesora Carmen Marcén y el apoyo del rector Pere Oleo, proyecto que fue dinamizado por Juanita Florit y Anna Gomila, actual directora de Caritas de Alaior.

Herráiz valoró la idiosincrasia de cada delegación de Caritas, que en el caso de Alaior «siempre ha sabido responder a las necesidades de su comunidad coordinándose con el Ayuntamiento, siendo parte vida de la actividad social del pueblo, participando con la Escuela de Adultos, Cruz Roja o la Cooperativa San Crispín. Si Caritas no existiese, Alaior sería un pueblo sin alma», señaló.

Por último, Herráiz pidió la implicación de más gente -sobre todo gente joven- para sumarse a la labor humanitaria de Caritas.