En este caso, el descenso de las ratios, que provoca el desdoblamiento de algunos cursos, unido a la entrada de dos nuevos grupos de P3 con 33 alumnos (sale un grupo de 6º) deja, de momento, sin espacio para impartir ambas asignaturas, puesto que pasarán a ser aulas habituales.
La consecuencia más inmediata es que el material y los instrumentos que se utilizan deberán encontrar una nueva ubicación para evitar que tener que trasladarse cada vez que haya clase. La Conselleria está al corriente de las necesidades y se le informó de la situación durante la visita del titular de Educación, Martí March, la semana pasada.
El delegado en Menorca, Joan Marquès, asegura que gracias a la predisposición del Ayuntamiento de Es Mercadal para habilitar algún espacio a modo de almacén no contemplan la idea de instalar una nueva aula modular. Una idea que tampoco comparte la dirección del centro por la falta de espacio de recreo existente, puesto que las dos aulas modulares ocupan la mitad de uno de los patios e instalar una tercera afectaría a otra zona de juego. La solución pasa por optimizar, aún más, el espacio existente. Marquès ha puesto a disposición del centro las herramientas de la conselleria para ayudar a configurar los horarios y la logística necesaria para que todo cuadre. No obstante reconoce que «el centro no da para más». Otra de las dificultades será decidir qué grupos utilizan esas aulas modulares. La concejal de Educación, Vanesa Vinent, explica que «no son adecuadas para educación infantil» mientras que para primaria tan solo tienen ordenadores, mientras que las clases disponen también de pizarra digital, proyectores y otros recursos.
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