La clausura temporal de la celda III en diciembre de 2014 generó una situación de emergencia que alteró el correcto funcionamiento de la planta. La imagen, de archivo, corresponde al verano. | Archivo

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El tiempo apremia de nuevo en el vertedero insular de Milà. La única opción de almacenamiento en activo, la denominada celda E, está a menos de cuatro meses de alcanzar su límite. Tiene una capacidad limitada de aproximadamente 46.000 metros cúbicos que, en condiciones normales, supone una vida útil de en torno a 10 meses.

El Consorci de Residus Urbans i Energia de Menorca calcula que esta celda puede estar en funcionamiento hasta finales de abril o principios de mayo, período durante el que urge una solución para que se repare otra de las celdas, la III, clausurada en diciembre de 2014 de forma temporal.

En este sentido, el Consorci de Residus ya ha entregado a la Comisión de Medio Ambiente de Balears la propuesta técnica de medidas para la reparación de esta celda III, sellada tras la detección de deficiencias en su impermeabilización. La documentación se remitió el pasado 22 de diciembre. A día de hoy, el organismo insular se encuentra a la espera de la autorización para poder ejecutar las obras que tienen un plazo de ejecución «máximo» de cinco meses.

Evitar otra emergencia

El Consell destaca el rápido tiempo de reacción tanto por parte de la nueva empresa gestora de la planta que empezó el servicio hace tan solo mes y medio, como por parte del propio Consorci, ambos interesados en que se arregle esta situación de emergencia que padece la planta desde el 22 de diciembre de 2014 cuando se ordenó la clausura temporal de la celda III.

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El Consorci confía plenamente en que este tiempo permita recibir los permisos de reparación de la celda y ejecutar las obras. Trabajan con este escenario y no contemplan otra situación de emergencia que obligue a buscar alternativas de almacenaje de la basura. «Todos han puesto los cinco sentidos para que se logre a tiempo», aseveran y destacan un exhaustivo trabajo «de la mano» con el Govern como órgano ambiental competente para lograr que la coordinación y cooperación entre administraciones «agilice los trámites que condicionan la gestión de los residuos en Menorca».

La celda que se encuentra en estos momentos operativa reinició su actividad a finales de julio del año pasado tras su reparación «con un estricto cumplimiento de las directrices recogidas en la autorización ambiental integrada emitida por el órgano competente», apuntan desde el Consorci. La puesta en funcionamiento de esta celda supuso a su vez la recuperación de la operativa habitual en las instalaciones y, por tanto, la paralización del traslado de residuos a Mallorca.

El Consorci anima a los ciudadanos a que contribuyan para que la celda no se colapse. Recomienda el reciclaje, puesto que de esta manera los residuos no pasan por el vertedero y supondría relantizar el proceso de acumulación de residuos.

Por otra parte, concesionaria y Consorci trabajan en una serie de proyectos para mejorar las instalaciones existentes de Milà y actualizar el modelo de tratamiento de residuos de Menorca.