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Las elevadas cifras de paro y el descenso de la actividad económica han contribuido a que en España, y Menorca en particular, descendieran las emisiones de dióxido de carbono a niveles similares a los del año 2000 como resultado de la reducción del consumo eléctrico y el menor uso del coche, principalmente. De hecho las cifras demuestran una clara correlación entre los índices de paro y la emisión de gases contaminantes.

Sin embargo, algunos indicadores muestran un cambio de tendencia. La lenta pero paulatina recuperación económica hace que el consumo eléctrico vuelva a crecer en la Isla por primera vez desde el 2008. Según la compañía Endesa, la demanda eléctrica de enero a octubre ha aumentado un 3,7 por ciento, respecto al mismo periodo del año pasado.

El ascenso lo ratifica también las cifras del Observatori Socioambiental de Menorca (Obsam), que muestran un aumento del consumo eléctrico durante el primer semestre, en comparación con el mismo periodo de 2014. En Menorca, el 61 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera proceden de la generación de electricidad a través de combustibles fósiles y el 21 por ciento de los automóviles. Todo ello provoca que este año la Isla supere ya el límite de emisiones de CO2 que el protocolo de Kyoto establece para 2020.

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