Las instalaciones particulares son la opción más viable, aunque tampoco lo tienen fácil. | Josep Bagur Gomila

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Menorca vende sol y sufre viento, pero no aprovecha ni lo uno ni lo otro para hacer más sostenible su panorama energético. Desde hace cinco años el porcentaje de producción de energías renovables sobre el total consumido permanece estancado sobre el 3,5 por ciento, una proporción muy alejada de los objetivos fijados por la Unión Europea de llegar al 20 por ciento en 2020.

En 2014 el porcentaje de energías renovables sobre el total se quedó en el 3,6 por ciento, solo una décima por encima de los guarismos de 2010, según los datos publicados por el Ibestat. En este tiempo poco o nada se ha hecho para incrementar el volumen de producción eólica o fotovoltaica. Incluso más preocupante es que los porcentajes se mantienen en un contexto en el que el consumo de megavatios/hora (MWh) desciende de forma importante. La energía eólica aguanta el tipo, con una optimización del funcionamiento de los cuatro molinos de Milà, alrededor de los 6.000 MWh, pero las placas solares están en claro retroceso en cuanto a producción. En cinco años la energía que han generado ha bajado casi una quinta parte.

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