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La hasta ayer consellera de Educación, Joana María Camps, dejó el Consolat de la Mar por la puerta de atrás después de ser 'rescatada' por una asesora del presidente después de haberse mostrado favorable a hablar con los medios de comunicación. Finalmente, se fue sin decir nada.

Acababa de terminar la doble toma de posesión que se había celebrado en la antigua capilla del Consolat. La ex consellera, que vestía de riguroso negro, se esforzó en todo momento en poner su mejor sonrisa y recibió halagos de diferentes personas. Después de aceptar comentar con los medios sus impresiones cambió o le hicieron cambiar de opinión. Según el jefe de gabinete de president, Javier Fons, nadie le impidió hablar. Otras fuentes indicaron que «ahora los protagonistas son otros y que ya ha tenido toda la semana para hablar».

En realidad, eso no es cierto ya que sus últimas declaraciones fueron el martes en el Parlament. Núria Riera aseguró desconocer qué había pasado cuando fue preguntada, en su calidad de portavoz del Govern, por la ausencia de declaraciones.

Gómez, el ausente
La ceremonia fue breve. Tanto Riera como el nuevo conseller de Adminsitraciones Públicas, Juan Manuel Lafuente, optaron por la fórmula 'juro' en vez de la de 'prometo'. Eso sí, con la mano sobre un ejemplar del Estatut en vez de sobre la Biblia.

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El president Bauzá, durante su intervención, elogió el trabajo de la consellera, «en estos meses que nos han sido fáciles» y defendió la «capacidad extraordinaria de trabajo» y su «capacidad para llegar a acuerdos» de la consellera Riera.

El decreto de nombramientos, además de recoger que Riera será portavoz del Ejecutivo, establece que en ausencia de ésta, será el conseller Marí Boso (Hacienda) quien la sustituya.

A la toma de posesión faltó el vicepresidente Góméz, que se encuentra de viaje oficial a Cuba y Dominicana. Toda esta crisis se ha gestado en su ausencia.

Además del equipo de la consellera saliente, asistieron cargos institucionales. Eran mayoría los del PP, salvo el socialista Antoni Diéguez, quien acudió en calidad de vicepresidente del Parlament, por la ausencia de su presidenta, también de viaje.