Se ha sustituido buena parte de la cartelería. | Gemma Andreu

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El Ayuntamiento de Maó ha instalado 59 indicadores con el nuevo topónimo de la ciudad (Maó-Mahón) desde la aprobación del cambio de nombre. Así lo aseguró ayer el teniente de alcalde de Servicios Generales, Salvador Botella, en el pleno municipal, en respuesta a una de las once preguntas formuladas por el Grupo Socialista.

Botella no cuantificó el coste económico al indicar que «no hay cuantía asignada puesto que se incluye en la modificación del catálogo corporativo de la ciudad». Aseguraba asimismo que «hemos cumplido con la legalidad».

Además de éstas, el Ayuntamiento ha colocado otro medio centenar de señales de tráfico con un coste de unos 1.800 euros. El partido socialista calificó esta cambio de topónimo como un «capricho de quien gobierna» además de considerarlo un  «ultraje legal».

El PSOE también interpeló a la alcaldesa sobre la demora en la resolución de los expedientes a los directores por parte del Govern, cuando se cumple un año del «hecho más traumático» vivido en la ciudad. El equipo de gobierno aseveró que no es competencia municipal aunque «hemos pedido celeridad al Govern en varias ocasiones» y agregó que «sin quitar hierro al asunto, de traumático calificamos  el fracaso escolar y el abandono prematuro».