Lola Maiques: «Queremos ser un gran aliado de la cultura»

¿Por qué surge desde Menorca?
- Buena parte de la programación se concentra en las grandes ciudades, resulta difícil que los espectáculos de compañías pequeñas y medianas vayan más allá del ámbito geográfico del que proceden sus creadores. Queremos contribuir a que una programación escénica de calidad y diversificada llegue también a lugares donde las condiciones no son tan fáciles. Menorca por su carácter insular es uno de estos lugares y creemos que es perfecta para la fase de prueba del proyecto. Hay también un componente simbólico: nuestro proyecto pretende innovar el mundo de las artes escénicas y se sube a las tablas por primera vez en el teatro de ópera más antiguo de España.

¿Cómo funcionará su proyecto empresarial?
- Ofrecemos, por un lado, un espacio para que espacios escénicos, más o menos estables, y artistas y compañías de danza, teatro, zarzuela, etcétera, puedan conocerse y, por otro, un conjunto de servicios que permitan a unos y otros conocer mejor a su público, y faciliten la gestión de la programación: contratos, venta de entradas, gestión de derechos, experienciales… Tenemos un modelo freemium, una parte de la plataforma es gratuita y otra es de pago, aunque inicialmente no se cobrará por ningún servicio porque en esta primera fase lo que realmente nos interesa es que el máximo número de usuarios se incorpore a Gestion.Art y nos ayude con sus sugerencias a adaptar la plataforma.

¿Puede ser un impulso para la promoción de eventos culturales en la Isla?
- Entendemos que sí, y no solo en la Isla. Queremos que cada creador consiga el mejor escenario para su espectáculo y que cada espacio escénico programe los eventos que más se adecuen a los gustos de su público. Y también que toda la «burocracia» asociada a la programación sea sencilla y eficiente.

En un momento de recortes, ¿cómo ve el panorama cultural?
- Pese a los recortes, Menorca está haciendo un gran esfuerzo porque el panorama cultural florezca. Las dificultades son evidentes: se está frenando la creación de nuevos espectáculos y complicando la difusión de los que surgen, no llegan a la Isla ni salen de ella propuestas que podrían ser interesantes, pero sigue habiendo gusto por hacer bien las cosas y público ávido de cultura.

¿Hace falta saber «vender» mejor la cultura a través de la red?
- Sí. Es una de las convicciones que sustentan el proyecto, la necesidad de que el sector se abra a las nuevas tecnologías y aproveche todas las potencialidades que ofrecen, no solo para venderse sino para generar comunidades sólidas que alienten la programación cultural.

¿Qué trascendencia puede tener su proyecto para la imagen de la Isla como epicentro cultural?
- Si el proyecto funciona, será aquí donde se ha iniciado, y al ser una empresa de base tecnológica, entendemos que puede también seguir aquí cuando crezca, posibilitando que Menorca sea conocida como un lugar que apostó por la innovación cultural. Queremos ser un aliado valioso de la cultura.