Cuando solo se pescan pérdidas

«Tenemos que seguir pagando los costes de la Seguridad Social, el mantenimiento de la barca y otros gastos, y no ingresamos nada», se lamenta Francesc Canals, pescador de Ciutadella, que calcula que los costes mensuales (sin contar el gasoil, que cuando no salen no consumen) pueden llegar a los mil euros.

Unas pérdidas ocasionadas por el mal tiempo que los pescadores ya saben que las tienen que asumir cada año. Pero este noviembre ha sobrepasado todos los límites. «Sabemos que nuestro oficio se trata de recoger en verano, hacer un rincón y guardarlo para el invierno, que nos conformamos con cubrir los gastos», asegura el cofrade mayor de Fornells, Aleix Riera.

Pero la despensa con tantos días de mal tiempo «se está acabando», y existe el temor de que la situación se pueda prolongar y se vuelva insostenible. «Estamos en noviembre, y los meses de enero y febrero suelen ser muy duros», por lo que «estamos asustados» por lo que pueda pasar, asegura el presidente de la Cofradía de Maó, Josep Quintana.

Y no sólo lo pasan mal los pescadores, sino también las pescaderas, que en muchos casos son las propias esposas. «En casa, estamos parados yo y mi mujer, que tampoco puede abrir la parada, ya que no traigo nada para vender», confiesa Pedro Marquès, pescador de Ciutadella.

Durante los meses de invierno los pescadores se conformarían con salir a faenar tres días a la semana, para no colapsar el mercado y cubrir así los gastos. Pero no depende de ellos. Es el tiempo el que decide.

Los pescadores aprovechan estos días de mal tiempo para arreglar las redes, los palangres o reparar las embarcaciones, pero las labores de mantenimiento después de tantos días se van acabando. Los partes siguen anunciando más viento del norte para este miércoles. Tendrán que seguir tirando de lo ahorrado, al menos, un día más.