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El pasado fin de semana Fornells se convertía, ante los ojos de los paseantes, en un lienzo en vivo, un escaparate para los más de veinte artistas y las tres galerías de arte que participaron en la tercera edición de Art al Nord.

A lo largo de un extenso paseo que recorre las calles más concurridas de la pequeña localidad portuaria, los visitantes tuvieron la oportunidad de entrar en las casas de los particulares que cedieron sus hogares, convertidos en pequeñas galerías de arte para la ocasión.

El Festival d'Art al Nord nació en 2009 a través de una iniciativa de la Asociación de Comerciantes de Fornells, como forma de potenciar un turismo cultural de calidad. En palabras de Lucrecia Saura, comisaria de la exposición, el proyecto pretende "dinamizar el ambiente cultural de Menorca". Además, Art al Nord ofrece tanto a artistas consolidados como a aquellos que acaban de empezar un modo de promocionar su trabajo fresco y original, lejos de los circuitos cerrados.

Itinerario variado

La selección de obras de este año encierra, dentro del eclecticismo que suponen las diferentes disciplinas y formatos, un tema muy repetido: el mar.

El mar como paisaje, como parte indisoluble del imaginario cultural menorquín, en concreto, y mediterráneo, en general. Así, es fácil encontrar en la mayoría de las obras de la muestra elementos que nos remiten directa o indirectamente a este concepto. Desde el uso de maderas y otros materiales sacados directamente de las costas de la Isla, hasta la propia representación de los paisajes menorquines en multitud de estilos como el puntillismo o el impresionismo.

También hubo espacio para las técnicas más innovadoras y llamativas. Es el caso de las "escanografías" de Jaime Ruas, la pintura en tres dimensiones de Pau Sintes o el videocómic de Julieta Oriola y Laura Marte.

Cada artista aportó su visión particular, creando un conjunto armonioso aunque heterogéneo. Llamó la atención la visión de algunos participantes, como el caso de Inés de la Isla y su obra "Naufragio", por su tratamiento directo y vívido de los temas ya mencionados, al tiempo que coquetea con conceptos primarios como el nexo entre el artista y la naturaleza que lo rodea. Y de conceptos primarios, como en este caso la contemplación de la vida como camino, como viaje y como proceso inexorable hablaba también la obra del fotógrafo Fluye. El trabajo de este madrileño, fuertemente influenciado por la filosofía taoísta, fue por desgracia objeto de menos visitas que el resto, por su localización en el itinerario, lejos del centro de la acción.

A la emotividad de la mayoría de los trabajos debe sumársele la presencia de un escenario tan digno como es la arquitectura costera de Fornells. Ya sea en un pequeño vestíbulo de vigas blancas como en un patio trasero iluminado tenuemente con la tibia luz del 'fosquet', el ambiente era inmejorable.

Pero sin duda alguna la espectacular guinda de este pastel salado la pusieron las dos últimas paradas del recorrido. En un contexto tan sugerente como el del Castell de Sant Antoni, los artistas Brokas y Marc Forja dieron a los espectadores la oportunidad de presenciar el proceso de creación de sus obras, con un puesto de forja y escultura en vivo.

Cabe destacar la inclusión de novedades respecto a anteriores ediciones de Art al Nord. En primer lugar, la participación de tres galerías de arte isleñas: Studio 44 (Mercadal), Vidrart (Ciutadella) y Xibau (Ferreries), a las que se añade una galería de autor, la del malagueño Pedro Rodríguez "Pedrín".

Por otra parte, este año el festival ha contado también con una batukada de inauguración, y el entretenimiento acrobático del grupo Son Circ. En definitiva, un proyecto de lo más interesante que se suma a la amplia agenda cultural de la temporada estival menorquina, y que ayuda a situar a Fornells como destino turístico-cultural muy a tener en cuenta.