Una empresa constructora de capital menorquín proyecta un complejo asistencial privado en pleno centro de Maó dirigido a personas independientes mayores de 55 años. El anteproyecto contempla una veintena de viviendas de 50 metros cuadrados cada una a levantar en un solar ubicado en la calle Vives Llull de Maó, justo delante del instituto Joan Ramis i Ramis. Esta parcela cuenta con una superficie de 350 metros cuadrados edificables por planta.
Las viviendas, unas cinco por planta, podrán acoger uno o dos residentes y contarán con unos acabados de "calidad". El proyecto plantea que el complejo esté adaptado para el paso de una silla de ruedas y carecerá de barreras arquitectónicas. Además, los pisos serán muy luminosos -tanto la sala de estar como los dormitorios dan a la calle- y estarán dotados de la última tecnología domótica. Cada apartamento dispondrá de sala de estar, dormitorio, cocina y baño. Los espacios comunes incluirán desde una gran sala de estar, un patio, una zona de huertos, un pequeño gimnasio, salas para talleres y actividades y algunas aulas que podrían dedicarse a la consulta de un médico o una enfermera. Estos espacios comunes se equiparán según las opciones y necesidades de los propietarios de las viviendas.
La idea inicial es que la veintena de viviendas salgan en régimen de compra.
La empresa familiar Pons Subirats Construccions ideó y puso en marcha el proyecto en 2007. Los farragosos y lentos trámites burocráticos han retardado siete años esta iniciativa, no obstante, y a pesar de que la mayoría de promotores acaben por desistir del proyecto tras el paso del tiempo, en este caso, la ilusión por empezar a levantar el complejo "sigue latiendo con fuerza", señala Joan Pons Moll, arquitecto técnico y co-responsable del negocio, junto a sus otros dos hermanos Miquel y Margarita. La empresa calcula una inversión aproximada a los 2,5 millones de euros.
Pons Moll señala que el proyecto se topó con la modificación del planeamiento urbanístico, de ahí la necesidad de esperar que se aprobara. Pero no fue suficiente. Ahora debe entrar en vigor la Norma Territorial Transitoria para poder avanzar.
Fuentes del Ayuntamiento de Maó señalan que el proyecto, en los términos actuales del Plan General, no es todavía viable. Es por ello que la empresa está a la espera de la Norma Territorial Transitoria, a través de la que será posible aumentar la volumetría del complejo dotándolo de mayor altura de la que permite actualmente el planeamiento de Maó, aprobado el año pasado.
El Consistorio ve con muy buenos ojos esta iniciativa pionera en la Isla y que permitirá mejorar la calidad de vida de las personas mayores independientes. Y es que la filosofía del proyecto es ofrecer una mejor vida a las personas mayores de 55 años para que puedan seguir viviendo de forma independiente, aunque con servicios necesarios de asistencia. Es una apuesta por rejuvenecer y ofrecer alternativas de ocio a los residentes.
Los promotores señalan a su vez que han llevado a cabo un estudio para conocer las necesidades de este tipo de complejos en la Isla y el interés que suscita entre posibles compradores. Aseguran que este tanteo ha demostrado que "existe" un interés latente de disponer de un bloque de viviendas con estas características.
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