La directora de un centro de Maó se pone al teléfono. Le anuncio que le preguntaré sobre los efectos de la aplicación del TIL. Su respuesta inmediata, visceral, sincera, es clara: "Buf". No hay mejor resumen de lo que está ocurriendo en la comunidad educativa insular. Es el sentimiento que comparten la mayoría de los colegios e institutos de la Isla, que una vez finalizadas las clases tienen que afrontar la preparación del próximo curso con el decreto de Tratamiento Integrado de Lenguas como principal escollo.
Es curioso. El problema es común pero las formas de afrontarlo son diversas. A unos les duele la incertidumbre en la asignación de los docentes, a otros las dudas sobre si proyecto presentado será o no válido a ojos de los inspectores de la Conselleria de Educación, y a algunos más la posibilidad de que al final acaben organizado el curso 2013/2014 en septiembre, o incluso en agosto.
El plazo para la entrega de los documentos aprobados por los consejos escolares finalizaba el día 20, pero desde la propia Conselleria comentan que se ha prolongado hasta mañana miércoles. Mientras tanto, nada se sabe oficialmente sobre el ritmo de entrega de proyectos, aunque fuentes de la misma Conselleria indican que en Menorca se están cumpliendo los plazos sin demasiados problemas.
Desde ADESME, por ejemplo, explican que todos los institutos de la Isla han presentado ya sus proyectos y que lo han hecho por la vía alternativa del artículo 20 (es decir, los que aseguran no poder asumir de entrada el reparto lingüístico de las materias en tres partes iguales). Ninguno ha secundado a los once institutos, repartidos entre Mallorca y Eivissa que sencillamente no han elaborado proyecto TIL y han generado con ello un problema añadido a la Conselleria.
Una vez cerrado el plazo de entrega, los equipos directivos de las escuelas e institutos públicos empezarán a recibir las respuestas de la Conselleria a sus proyectos, con los matices y correcciones que sus técnicos consideren oportunas. Estas respuestas se esperan para mediado o finales de julio. Entre los equipos directivos de los centros docentes de la Isla que han optado por la vía alternativa del artículo 20 existe un temor: que los matices sean más que eso y su proyecto quede desvirtuado, por lo que se verían obligados a organizar de nuevo el curso tirando por la borda buena parte del trabajo ya realizado en este sentido.
La mayoría de los institutos de Menorca han presentado un proyecto muy similar, con una asignatura a impartir en inglés en primero de ESO. Defienden que los documentos encajan en la filosofía del decreto, aunque no están tan seguros de que se adapte a la línea más dura que reflejan unas instrucciones dictadas tras el relevo del conseller Rafael Bosch por Joana Maria Camps. Si la respuesta es hostil, ya tienen pensado responder también todos a una. "Igual a finales de julio no me encuentran", dice un director, a pesar de que los equipos directivos de los centros trabajan buena parte de este mes. "Si nos dicen que el proyecto presentado no vale ya veremos cómo lo hacemos, si nos quedamos sin vacaciones o lo resolvemos en septiembre", afirma una directora de Primaria.
Mientras tanto, los colegios e institutos tienen que avanzar, y avanzan. Diseñan horarios, asignan grupos y elaboran listas de material, de libros de texto, que se podrían ver también alteradas por estos posibles cambios. "Pretender cambiar todo esto a esas alturas será un caos", apuntan algunos. "O la Conselleria transige o estalla, hemos hecho los proyectos pensando en los alumnos", indican desde ADESME.
Desconcertados
Hace diez días aproximadamente la Conselleria reunió a los directores de la Isla para aclarar conceptos sobre la aplicación del TIL. Para algunos fue peor el remedio que la enfermedad. "Nos dijeron que un artículo se había interpretado mal desde la propia Conselleria a la hora de resolver dudas, por lo que dedujimos que nuestro proyecto no cumple la normativa. Pero no estábamos a tiempo de elaborar otro nuevo. Nosotros hemos presentado el que teníamos y ya veremos, ya nos dirán lo que nos tengan que decir". El lamento surge de otra escuela, y la confusión hace referencia a un recurso muy común en los proyectos, que consiste en implantar las clases en inglés a través de talleres que forman parte de asignaturas. "No sabemos lo qué pasará, ahora toca esperar la respuesta".
Asignación de docentes
En otro colegio de la zona de Levante el problema reside en la asignación de docentes para el próximo curso, ya que tienen muchas vacantes por cubrir. "Nosotros hemos enviado un proyecto por el artículo 20, pero no sabemos si se adecuará al personal que tendremos. Es como un puzzle y tienen que encajar todas las piezas, todo está ahora en el aire", comentan desde la dirección. Aún así trabajan en la planificación del año venidero, "no podemos esperar más". Y en la línea de sus compañeros, afirman que "no lo tenemos muy claro, parece que cada uno lo ha entendido de forma diferente". Desde ADESME explican que a la demora de la aplicación del TIL se suma efectivamente el retraso en la asignación de docentes a las vacantes, algo que atribuyen a que la Conselleria tiene poco personal y el que tiene lo dedica al controvertido decreto. "Si tengo una asignatura en inglés y me envían un docente que no tiene el B2, pues igual no la hago en inglés", advierte un director.
Otros se muestran más tranquilos, a pesar de no contar aún con la respuesta de la Conselleria de Educación y de reconocer que "al final nos tocará pasar por el tubo con lo que nos digan". Y es que se esperan cambios. Los más aventurados con los pronósticos intuyen que se acabará dando más peso al castellano.
Algunos advierten de la gran incidencia que el proyecto tiene en la propia estructura del centro, en vertientes tan importantes como los desdoblamientos o los planes de acogida de alumnos recién llegados de otros países. Docentes consultados a modo particular, entre ellos alguno de inglés, coinciden en que es un decreto inasumible con tantas prisas y, apelando a su profesionalidad, lamentan que se les ponga sobre la mesa opciones como practicar "spanglish", es decir, combinar el inglés con otra lengua. Nadie duda de la bondad del objetivo, dominar al más alto nivel posible la lengua del Reino Unido, pero además de rechazar de plano las formas cuestionan que realmente sea esta la intención del Govern.
Un director, más desesperado y resignado al caos que enfadado, concluye que en sus casi tres décadas de experiencia docente "nunca había visto nada igual". Y lo que le queda por ver. Esto acaba de empezar.
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