Participación. A pesar de las horas, mucha gente se apuntó - Joan Allès

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La comunidad educativa lleva tiempo protestando en contra de una política que entienden perjudica gravemente el funcionamiento actual y futuro del sistema. Han salido a la calle en numerosas ocasiones, se han encerrado en los centros, han colgado lazos y estampado camisetas, pero sienten que no se les hace caso y que los gobernantes siguen aplicando las mismas medidas a pesar de que sean rechazadas. Por eso, ayer en el Instituto Biel Martí de Ferreries quisieron dar un paso más.

El objetivo era el mismo, denunciar los recortes y la política lingüística. La forma, sin embargo, fue diferente. A las siete y cuarto de la mañana, profesores, alumnos y padres se reunieron ante el instituto para empezar a construir una barricada. "Es un símbolo de resistencia, de demostración que a pesar de la imposición y del autoritarismo sin argumentos con el que se aplican estas medidas, intentaremos resistir", explica uno de los organizadores de la protesta. Mesas, pizarras, hasta coches sirvieron para levantar el muro que intentaba proteger a la comunidad educativa de los graves perjuicios que, aseguran, les pueden causar las medidas de los gobiernos del PP.

"La idea es recuperar la idea de las antiguas barricadas, aquello de no pasarán si lo que quiere pasar es la injusticia y el despropósito de estas medidas", comentaba una de las participantes en la protesta. En la barricada se podían ver diferentes pancartas y una imagen de Gandhi. "Hacemos un llamamiento a la desobediencia civil y pacífica cuando el poder solamente aplica un autoritarismo sin argumentos surgido de un partido que después de tomar las riendas del poder cambia lo que dijo que no iba a cambiar, y en cambio no hace nada para solucionar lo que prometió solucionar", comentaban desde la organización.

El acto ha contado con una notable participación, y se ha realizado en gran parte fuera del horario escolar, antes del inicio de las clases a las ocho de la mañana. La barricada ha quedado montada en la calle hasta la hora del primer patio, a las diez, cuando los profesores la han desmontado.