Juicio. El caso de Ses Rates quedó visto para sentencia un año atrás - Archivo

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El pasado martes, este periódico publicaba unas declaraciones de la viuda de Sebastià Marquès, el jubilado ciutadellenc que vendió el solar de las ratas al empresario mallorquín Antoni Picó Ginard tras la mediación de Llorenç Casasnovas.

A pesar de que el caso ha sido juzgado y el exconcejal del PMQ admitió ante el juez dos delitos, la viuda de Marquès aseguró el pasado martes que, al contrario de lo que se explicó en el juicio, Casasnovas nunca presionó a su difunto esposo para que vendiera el solar al empresario mallorquín. Incluso apuntó que nunca habían contratado al abogado Francesc Marquès, quien ejerció la acusación particular en este caso hasta que el expropietario del solar falleció.

Ayer, el letrado remitió una nota a este periódico rebatiendo las declaraciones de la viuda de Marquès. Así, asegura que "no puedo dar crédito a la libertad y espontaneidad de las manifestaciones de la señora Francisca Soldado, y solo puedo atribuirlas a que esta pobre mujer ha sido de nuevo objeto de presiones, como lo fue su marido hasta que yo no asumí su representación". Según Francesc Marquès, estas supuestas presiones "tenían por objeto que manifestara esto mismo que dice ahora su viuda, y que provienen sin duda alguna del entorno de Llorenç Casasnovas y también del entorno familiar".

Francesc Marquès recuerda que tanto el propietario fallecido como incluso su viuda le explicaron lo acontencido de manera reiterada, y así lo hizo constar en su escrito de acusación hasta que, tras el fallecimiento de Sebastià Marquès, la viuda decidió abandonar la acción penal.

A partir de estas declaraciones, el abogado asegura que "Sebastià nunca estuvo contento con la operación, estuvo sencillamente resignado por percibir al fin una pequeña cantidad por el terreno, que en ese momento parecía que era lo máximo que podía esperarse. La constatación y las resultas del engaño vinieron después, cuando por arte de magia ese terreno disparó su valor, y empezó el periodo triste de burla y cachondeo". Marquès denuncia que el jubilado "era objeto de presiones continuas para dirigir e influenciar sus manifestaciones o para que no dijera según qué".

Sobre su papel en este caso, el abogado Francesc Marquès asegura que "yo fui un damnificado directo del encumbramiento de Casasnovas, y fui despedido por decisión personal de éste y me fue comunicado por la prensa. Por eso recomendé que el cometido de defender a Sebastià lo realizara otra persona para evitar connotaciones subjetivas que pudieran ser perjudiciales a los fines de lograr el objetivo condenatorio y resarcitorio perseguido".

A pesar de estas consideraciones, finalmente Marquès se prestó a defender al jubilado "vista la estrategia de alargar el tema hasta que se perdiera en la memoria y también hasta que acaso pudiera haber fallecido incluso el directamente afectado". Además, el letrado entiende que los abogados de las otras partes personadas en el proceso (PSOE y PSM) "estaban más preocupadas por el tinte político de la operación".

El letrado rebate a Soldado, quien aseguró que nunca contrató al abogado. "Efectivamente fui contratado por cuando hubo acuerdo de voluntades para que yo compareciera y prestara mis servicios profesionales". Así, entiende que las declaraciones de Soldado negando este hecho "son un disparate".

Por último, Francesc Marquès considera "lamentable hacer aflorar ahora una versión de los hechos desde el entorno de Llorenç Casasnovas cuando ha fallecido Marquès y no puede contradecirla. Como letrado entiendo el apuro de determinadas estrategias y los papelones que a veces deben hacerse".