La junta directiva del Club Marítimo de Maó no ceja en su empeño de reclamar ante Autoridad Portuaria de Balears la concesión de la gestión de un centenar de amarres en la ribera sur del puerto, concretamente en Cala Figuera, y recuperar así su principal fuente de ingresos para, en última instancia, financiar las actividades deportivas y sociales que organiza y que la sitúan como una de las entidades de referencia dentro de la sociedad mahonesa.
Ello no obsta, sin embargo, para que los directivos exploren otras vías alternativas a través de las cuales asegurar la entrada regular de recursos económicos en las arcas del Club Marítimo. Entre éstas emerge el proyecto Meeting Port Menorca, un nuevo producto con el que la entidad que preside Nemesio Suárez buscaría atraer la atención de empresas ligadas al segmento turístico de congresos, convenciones e incentivos.
"Es evidente que tenemos que seguir trabajando para conseguir la viabilidad económica del club", reconoció ayer Suárez tras ser requerido sobre esta cuestión. Si bien el proyecto se encuentra todavía "en un estadio embrionario", la idea pasaría por conseguir que estas empresas vieran con buenos ojos la posibilidad de organizar actividades en las instalaciones del club. Concretamente en la segunda planta, vacía desde que el Casino Marítimo se trasladara a comienzos del verano pasado a los bajos del edificio.
positivo para el turismo
"Disponemos de 1.250 metros cuadrados libres a primera línea de mar, queremos ponerlos en valor y esta idea es francamente buena", esgrimió el presidente de la entidad mahonesa que valora, especialmente, la vertiente desestacionalizadora de la iniciativa.
"Sin duda sería un proyecto muy positivo para el Club Marítimo, pero también para el sector turístico local", argumentó.
Y es que el segmento de reuniones e incentivos atrae a un turismo de elevado poder adquisitivo, alarga la temporada y ayuda a promover otros segmentos del mercado turístico como el cultural, gastronómico y deportivo. Según los últimos datos publicados por Turespaña, el llamado turismo de congresos representa un 11 por ciento del gasto turístico extranjero en nuestro país, con una media diaria por viajero de negocios de 332 euros.
Cierto es, por otra parte, que la incidencia en Balears es mucho menor, algo que desde los sectores público y privado se prefiere leer en clave positiva, teniendo en cuenta el "gran potencial de crecimiento".
Preguntado sobre el tipo de explotación prevista para un espacio de estas características, Nemesio Suárez eludió entrar en detalles. "Todavía hay que buscar inversores, la fórmula no está ni pensada. Lo único que puedo decir en estos momentos es que estamos trabajando para dar una utilidad a la segunda planta y que eso repercuta en ingresos para el Club Marítimo", zanjó el directivo que, por precaución, tampoco quiso avanzar una fecha para su puesta en marcha. "No tendríamos que hacer mucha inversión, de hecho solo requeriría costear el equipamiento, pero resulta difícil poner una fecha", señaló a este respecto.
De realizarse el proyecto en estos términos, la junta directiva daría salida al único espacio libre que queda en el edificio que el club tiene en propiedad en el puerto de Maó, consiguiendo de este modo incrementar los recursos que actualmente ingresa por el alquiler de las dependencias que ocupa el Casino Marítimo y el restaurante La Josefina y por la gestión de la gasolinera que tiene en concesión. De hecho, tras la ampliación realizada la primavera pasada, la estación de servicio, que explota Repsol, está mejorando en rentabilidad.
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