En febrero de 2010, un movimiento de tierras en el núcleo de hortales de Tirassec, en Ferreries, afectó gravemente a algunas construcciones de la zona y sembró la incertidumbre sobre la estabilidad del terreno. Desde entonces se han practicado diferentes estudios geológicos, catas en la tierra y otras pruebas, pero aún hoy, tres años después del hundimiento, el núcleo sigue sin saber si tiene futuro o no.
El alcalde de Ferreries, Manolo Monerris, asegura que la intención del equipo de gobierno es redactar un plan parcial de la zona una vez se haya aprobado de manera definitiva el nuevo Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) del municipio. No obstante, Monerris no aclara si la redacción de este plan parcial significará que la zona volverá a ser segura y si, por tanto, las edificaciones allí existentes podrán seguir en el mismo lugar. La clave, explica, estará en las nuevas catas de los terrenos para comprobar si tiene sentido volver a levantar las edificaciones que se vinieron abajo tras el movimiento de tierras del año 2010.
De hecho, algunos propietarios aguardan este plan parcial para decidir si reconstruyen sus estancias. "Si tienen que gastarse dinero, al menos que lo hagan con la seguridad de que el terreno es seguro", explica Monerris. En breve, el primer edil quiere visitar la zona con los afectados para conocer la situación actual. A día de hoy, el núcleo de hortales de Tirassec no está incluído en el Pla Territorial Insular (PTI), según asegura el alcalde, y cambiar esta situación sería un paso también necesario para regularizar la zona y poder redactar un plan parcial en condiciones.
Y es que a día de hoy, a pesar de que un cartel en el camino que lleva a la zona advierte del riesgo de desprendimiento en la zona, muchos de los propietarios de los hortales los siguen utilizando con total normalidad. En su día, el Consistorio optó por no prohibir la estancia en la zona, sino que simplemente advirtió del peligro de un terreno inestable. Durante estos tres años, alguna construcción ha tenido que demolerse por las secuelas del movimiento de tierras del año 2010. Sus propietarios no saben si volver a construir o no. La respuesta a esta duda no llegará antes de que el PGOU esté aprobado de manera definitiva, ya que ahora mismo está en manos del Consell, para que compruebe que las modificaciones que ha introducido el Ayuntamiento de Ferreries se corresponden con las que había solicitado la propia administración insular.
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