A escasos días de que finalice el año el Consell acaba de aprobar las bases y la convocatoria del nuevo Contrato Agrario de la Reserva de Biosfera (CARB) con algunas novedades: abarca dos anualidades, es decir, 2012 y 2013, reduce el importe total de la subvención hasta el millón de euros (600.000 euros con cargo al presupuesto actual y 400.000 con cargo al presupuesto del año que viene cuando en 2011 alcanzó los 800.000) y simplifica los trámites al rebajar de tres a uno los compromisos que deben cumplir los beneficiarios.
Fernando Villalonga, conseller de Economía, Medio Ambiente y Caza, lo califica sin tapujos de "CARB de subsistencia" a la espera de poderlo "ampliar en futuras convocatorias cuando las circunstancias lo permitan". Porque eso sí, el Consell tiene intención de continuar con este programa que extiende las prácticas agrarias sostenibles y "reconoce la labor de mantenimiento del territorio y del paisaje que hacen los payeses", según el propio conseller.
En esta misma línea se han pronunciado los representantes del sector agrario, siendo especialmente elocuentes las palabras de Pau Bosch, presidente de FAGME: "Se ha reducido muchísimo, sí, pero es que pensábamos que no lo convocarían". La reacción de Manel Martí, de Unió de Pagesos, no se aleja mucho de esta primera impresión: "Lo aceptamos porque sabemos que hay recortes y por eso mismo valoramos la voluntad de mantenerlo, pero pedimos que se respeten los plazos".
Esta petición de Unió de Pagesos se entiende porque, a día de hoy, las fincas adjudicatarias de las ayudas de 2011 todavía esperan cobrar cerca del 50 por ciento de las mismas, esto es alrededor de 400.000 euros. Villalonga reconoce este retraso y avanza que "desde Presidencia se están haciendo todos los esfuerzos para que llegue la financiación del Govern balear antes de que finalice el año", ya que sin ella, advierte, el Ejecutivo insular no podrá hacer efectivo el pago.
Un tope de 5.000 euros
Entrando en los detalles de la convocatoria, se advierten cambios reseñables tanto en la cuantía máxima a la que podrá optar cada titular de finca, que pasa de 7.000 euros en un año a 5.000 a repartir en dos ejercicios, en la reducción de las actuaciones subvencionables (caen algunas como el mantenimiento de "paret seca" por la existencia de una línea similar del Govern), como en los compromisos voluntarios que podrán adquirir y que, en este caso, determinarán el orden de preferencia de las solicitudes.
Entre éstos se mantienen la inscripción de mujeres en el Régimen General Agrario y la presencia de jóvenes agricultores. Por el contrario desaparecen como criterios a valorar la producción ecológica y la formación complementaria.
Las aportaciones del sector han tenido mucho que ver en el redactado final de las bases, tal y como explican sus representantes. En este sentido, Manel Martí señala que el mantenimiento del reconocimiento a las explotaciones que tienen aseguradas a mujeres fue uno de los caballos de batalla de Unió de Pagesos, mientras que Pau Bosch atribuye a FAGME el hecho de que la convocatoria recoja un trato diferencial según se trate de explotación prioritaria o no. "Hay fincas sin actividad agraria que recibían ayudas y eso no es posible ya que éstas deberían beneficiar a las que sí la tienen", explica Bosch.
Solo el Consell
La evolución ascendente del CARB desde su nacimiento en el 2005, cuando el presupuesto apenas superó los 260.000 euros, se ha visto truncada en los dos últimos años a causa, por una parte, de los recortes que de manera generalizada están afectando a la práctica totalidad de las partidas del Consell y, por otra, al hecho de que el Ministerio de Agricultura no inyecte ninguna aportación económica. "Las convocatorias más cuantiosas se explican por la inclusión del CARB en los planes piloto del Ministerio; ahora ya no es así", informa el conseller.
Sea como fuere, lo cierto es que el Contrato Agrario llegó a contar con una dotación de 1,6 millones de euros para un único año, el 2010, cifra que duplica la cantidad que se destinará a esta finalidad entre 2012 y 2013. No se espera, sin embargo, una caída notable del número de explotaciones beneficiarias debido a la rebaja de las ayudas que podrán percibir cada una de ellas. Cabe recordar que en 2011 fueron cerca de 200 las fincas adheridas.
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