La organización internacional de conservación marina Oceana ha mostrado este miércoles su preocupación por el alto contenido en metales pesados que se pretende verter al mar en el proyecto de dragado del puerto de Maó.
Según cinco estudios independientes, la contaminación por mercurio del material dragado es suficientemente alta para dañar el ecosistema marino. Así, podría afectar los recursos pesqueros y la alimentación humana, ha apuntado la organización a través de un comunicado.
"El dragado y vertido de estos sedimentos contaminados, ahora confinados en el puerto de Maó, puede provocar una movilización de los metales pesados, incrementando el riesgo que pasen a los organismos vivos marinos y a la cadena trófica", ha comentado el director ejecutivo de Oceana en Europa,Xavier Pastor, quien ha añadido que esta actuación "representa un riesgo para la calidad de la acuicultura que se desarrolla dentro del puerto y la de los recursos pesqueros de la zona del vertido, y podría llegar a afectar al consumidor".
El dragado, 200.000 metros cúbicos de material, tiene un contenido de mercurio de 2,28 mg/kg. Mientras que según la metodología usada por Puertos, basada en las recomendaciones de Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), dependiente del Ministerio de Fomento, este sedimento se puede verter al mar sin tener que ser descontaminado, cinco estudios alternativos consultados por Oceana determinan que esta concentración es demasiado elevada y se consideran sedimentos contaminados que pueden provocar efectos adversos en el ecosistema marino.
Dos de los estudios alternativos consultados consideran también que hay una concentración excesiva de plomo (110,99 mg/kg) y cobre (104,68 mg/kg), coincidiendo con un análisis de metales pesados llevado a cabo por científicos de la Universidad de Barcelona en otro punto del puerto de Maó. El vertido de estos metales proviene del auge de la industria bisutera en Menorca desde los años 40 hasta los 70 y otras industrias como la naval y la textil.
En 2011, y a través de la Ley de acceso a la información, Oceana sacó a la luz un informe del Instituto Español de Oceanografía (IEO) que el Gobierno había mantenido oculto durante ocho años. En ese estudio, los científicos del IEO advertían de los alarmantes niveles de mercurio y otros metales pesados en diversas especies de peces de valor comercial.
A raíz de ello, el Ministerio de Sanidad se vio obligado a publicar una recomendación para que las mujeres embarazadas, aquellas que pensaban estarlo y los niños de menos de 3 años evitaran consumirlas. El mercurio es un tóxico que afecta el desarrollo neuronal.
"La situación de contaminación por mercurio es tan seriaque lo que menos necesita el ecosistema marino es que se le añadan dosis de mercurio de cualquier nivel", ha afirmado Pastor, quien ha señalado que Oceana "no se opone al dragado del puerto de Maó, pero es necesario encontrar una alternativa que evite el vertido de los metales pesados al medio ambiente".
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